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Malia no podía creer que le contratasen en esa gran empresa, y aún menos que fuese a ser la masajista personal de Gael Avallon. Simplemente no daba crédito.

En cuanto salió de la empresa, fue a su casa y avisó a todos sus amigos de la gran noticia. Todos estaban eufóricos por la noticia y querían celebrarlo saliendo de fiesta, pero ella no quería salir, debía ir a trabajar al día siguiente.

Tras mucho convencimiento, y sobretodo porque su amiga Alissa se había presentado en su casa para sacarla de allí, decidió prepararse. Alissa había elegido un conjunto impresionante para su mejor amiga: un vestido negro con escote recto y que le llegaba hasta un poco más abajo de la mitad del muslo y unas botas altas negras. Se puso todo aquello y se veía impresionante. Decidió pintarse los labios de granate mate y hacerse la raya del ojo, tampoco quería destacar mucho y ya pensaba que tal y como iba vestida, lo haría.

— Qué sexy que es mi amiga.— dijo Alissa mirando a Malia.

— Tú sí que te ves sexy, aunque si Liam decide tirarte del cinturón esta noche, vas a quedar desnuda en cero coma.

— Esa es la idea.— guiñó un ojo divertida y ambas rieron.

Media hora más tarde, llegaron a la discoteca y ambas amigas fueron a buscar al resto del grupo. Malia rápidamente divisó a su otro mejor amigo, Liam. Liam estaba colado por Alissa, aunque esta de momento no quería una relación seria, su antiguo novio le había hecho mucho daño... bueno, eso y que adoraba ver a Liam a sus pies.

— Está guapísimo.— jadeó Alissa al verle.

— Oh vamos, sabes que lo tienes comiendo de tu mano, ¿por qué no os declaráis de una vez? — suspiró fastidiada.

— El otro día se lió con otra, así que no lo tengo tan claro.— dijo su amiga algo triste. — no quiero que vuelvan a jugar conmigo, no lo voy a permitir.

— Bueno, si te consuela... yo tampoco dejaría que jugasen contigo.— ambas se sonrieron cálidamente y se acercaron al resto.

Bebieron, bailaron, rieron... la noche estaba siendo maravillosa. Malia y Liam se encontraban bailando en la pista muy pegados mientras el resto estaban desaparecidos, excepto Alissa que estaba zorreando con el camarero para que le diese algunos chupitos gratis para ellos tres.

— ¿Sabes qué le pasa a Alissa? — preguntó Liam mientras abrazaba la cintura de su amiga y se pegaba a su oido.

— Solo necesitaba despejarse, eso es todo.— dijo mirando a su amigo por encima del hombro mientras movía su cadera al son de la música.

— Creo que voy a entrarle esta noche... ¿crees que me dejará besarla o se apartará?

— Se puso ese vestido con la intención de que se lo quitases, Liam, creo que te dejará hacer mucho más que besarla.— dijo riendo y miró hacia la barra. Cuando Alissa tenía los chupitos, ambos se acercaron a ella y cogieron cada uno el suyo.

— Por el nuevo trabajo de Malia y su sexy jefe.— dijo Alissa alzando su trago.

— Brindemos por más empalmes.— bromeó Liam alzando el suyo.

— Brindo por todo eso.— rió Malia y cuando chocó su trago con sus amigos, una voz nueva, pero ya reconocida, se alzó tras ella.

— ¿Puedo unirme al brindis, señorita Flores?

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