Secuelas de una obsesión © |#2| [+18]

CAPÍTULO || 02

ALICE POV'S

—Linda, necesito que te estés tranquila, porque si no, no podre acomodarte bien el vestido.

Astrid está más que ansiosa por ir a la presentación, a diferencia de su hermano, quien parece no importarle nada de eso y solo está sentado en un sofá mirando a su melliza.

—Es que mira qué bonita mami, soy una princesa— dice esta con una sonrisa mientras agranda sus grises ojos.

—Claro que sí, pero tranquila o cuando lleguen por nosotros no estaremos listos porque no dejas que te cambie, mira ya tu hermano está cambiadito y tranquilo, mientras tú sigues de traviesa.

Suelta una risita y término de subirles las medias panti blancas y colocarle los zapatitos Prosigo peinándola y cuando ya está lista toma asiento junto a su hermano. Ella le dice algunas cosas y él solo asiente dándole la razón.

Termino de arreglarme y miro mi vestido frente al espejo de cuerpo completo, es precioso, un regalo de Ryan.

Este es de encaje que se pega al cuerpo en un color cremita con detalles dorados y una larga y delicada tela con pequeños diseños del mismo color, lo acompaño unos tacones de un color similar que combinan a mi parecer, muy bien con el vestido.

Pasan algunos minutos y tocan a la puerta, Astrid me mira emocionada y corre a esta. Hace el intento de abrirla, pero no puede y termino haciéndolo yo.

—¿Pero qué tenemos aquí? Una hermosa princesa y lo que parece ser su reina.

La niña se emociona ante las palabras de Ryan, dándole la razón.

—¡Si, si, y Aimon es un príncipe!

—Exactamente princesa, ¿Ya están listos?— me pregunta y hago un movimiento afirmando que sí.

—Pues bien, ven aquí Aimon— vuelve a hablar y el niño se levanta del sofá, para tomarle la mano.

—¿La tía Bridget va a venir?— pregunta Aimon cuando ya está junto a nosotros.

—Sí, pasaremos por ella, así que apúrense.

Los niños salen corriendo y se paran junto al ascensor, esperándonos.

—Estás preciosa, el vestido te queda genial— musita en mi oído dejando un beso sobre mi mejilla y haciéndome sonreír como boba.

—Tu también estás muy guapo amor— le soy sincera y su expresión muestra orgullo.

—Claramente, me he visto solo para tu deleite, si no te gustara sería un error.

Una carcajada se me escapa justo cuando llegamos al ascensor; presionamos los botones y entramos en este junto a los niños.

Minutos después estamos frente a la casa de Bridget, quien ya nos espera afuera, y no duda en entrar al auto.

—Uy, qué guapos andan todos, pero yo más así que no se emocionen.

Pongo los ojos en blanco ante el comentario de Bridget. Ella se sienta junto a los mellizos y forman una conversación entre ellos tres. Cuando llegamos al evento visualizo que hay más personas de la que pensé. Bajamos del auto y al pasar por la entrada varios reporteros nos toman algunas fotos, Astrid hace unas poses que solo ella sabe robándose la atención de todos.

Es una pequeña celebridad.

Un rato más tarde ya estamos disfrutando del evento, Bridget y yo estamos sentadas en una de las tantas mesas, Aimon está sobre mis piernas mientras come un pequeño trozo de pastel y lucha por no ensuciar su trajecito.