CAPÍTULO || 24

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Ryan Pov's

Jalo de la maleta que llevo conmigo, mientras Bridget y el padre de Alice caminan a mi lado, hace media hora llegamos a Italia, en busca de Alice, sí.

Sabemos que está aquí, gracias a la llamada, el número que se registró es de aquí, intentamos rastrearlo, pero el imbécil, no es tan estúpido, no sé qué le hizo, pero no permite el rastreo.

Al parecer el móvil es de él y Alice lo tomo a escondidas, pero eso fue de gran ayuda la verdad.

Subíamos a un auto, el cual nos llevara al hotel donde nos quedaremos todo este tiempo.

Casi media hora después, llegamos, confirmamos la reservación y subimos cada uno a nuestras respectivas habitaciones. Desempaco mis cosas para acomodarlas y al tirar de un saco, cae al piso una foto donde salimos Alice, los niños y yo.

Se ve tan feliz...

Y no sé cómo la esté pasando en estos momentos, ese simple hecho me pone histérico, quiero encontrarla, sabemos cómo es él y que ella no lo quiere, por ende no hará nada de lo que él diga, desatando su enojo.

Respiro profundo, saco mi móvil y empiezo hacer llamada para empezar la búsqueda, como lo ordeno el padre de Alice, por toda maldita Italia, hasta debajo de las piedras, si es posible.

Un mes, en un mes, pueda pasar muchas cosas y ese tiempo ha pasado desde que él, se los llevó.

Con esos pensamientos me quedo dormido, con esa preocupación presente, con el miedo de lo que podría estar sufriendo la mujer que amo en esta maldita vida.

«••»

—¿Entonces por donde vamos a empezar?— pregunta Bridget al oficial y él la medio mira.

—Lugares que creemos que frecuente, lo podríamos arrestar y obligarlo a darnos el paradero de ella y los niños.

—Yo decidí que iría a casa de su padre, es su hijo, él debe de saber dónde está, si le importa mis nietos, sus nietos, entenderá que ni ellos, ni mi hija pueden estar con ese hombre.

—No lo sé, cómo bien usted lo dijo, estamos hablando de su hijo y si antes le cubría sus cosas, ¿qué le hace pensar que ahora no lo hará?— menciona el oficial y en parte tiene razón.

—Sé qué decir y hacer, él no quiere ver a su hijo destruido, como tampoco su imperio, no es imbécil, él mismo podría ayudarnos, dejando que nos llevemos a Alice y los niños, solo para que la reputación de su hijito no quede manchada.

—Bien, tiene el permiso para hacerlo, pero recuerde que si las cosas no salen como planea, puede estropear todo, y lograr que chico huya del país, con su hija, y nietos— asiente y el oficial nos tiende la mano, para luego salir de la oficina en la que nos encontramos.

—¿Cuándo llevará su plan a cabo?— pregunto, mirándolo atentamente.

—Mañana iré, el oficial dijo que en menos de una semana tendrán a Adams ubicado y podríamos llevar todo a cabo.

Asentí con ilusión, todo saldrá bien, sé que saldrá bien y ellos estarán con nosotros muy pronto, de eso no me cabe duda.

«••»

El padre de Alice y yo bajamos del coche, manteniéndonos de pie frente a la gran casa que nos da la bienvenida.

Al tocar, una chica de servicio nos recibe.

—Buenas tardes, ¿Qué los trae por acá?

—Queremos que nos comuniques con el señor de la casa— menciona mi suegro.

—¿Por parte de quién disculpe?

—Emiliano Persson.

—Un momento por favor— la chica cierra la puerta en nuestras caras y supongo va a pedir el permiso para hacernos pasar.

Unos tres minutos después, la puerta de la casa se vuelve a abrir.

—Pasen por favor— menciona la chica y asentimos dándole las gracias.

Al entrar, veo un hombre muy parecido a Adams bajar las escaleras, son igualitos.

—Hola, ¿qué los trae a mi humilde morada?— pregunta con una sonrisa, pasando la vista de Emiliano a mí.

—Lo sabes muy bien, sabes lo que hizo tu hijo— le reclama Emiliano y el hombre se muestra sorprendido.

—Creí que ese asunto estaba resuelto, que quedó en el pasado, cinco años han pasado desde entonces.

—No te hagas el estúpido, sabes muy bien que lo hizo de nuevo, que Adams volvió a retener a Alice, como lo hizo años atrás.

—No sé de qué me estás hablando, te voy a pedir que no levantes falsos contra mi hijo— dice ahora con seriedad.

—Ah, no sabes, ¿No sabes que fue a Londres? ¿Qué busco a mi hija, a sus hijos y los secuestro trayéndolos a Italia?

Se queda en silencio y niega.

—¿Por qué Adams haría eso? Es mentira, no tiene porque, él está en una relación y no veo que quiera criar niños de otro hombre— Emiliano ríe sarcástico.

—Esto es increíble, los niños son de Adams, cuando me lleve a Alice de aquí, ella estaba embarazada, esa fueron una de las razones por la cual la alejé de este círculo tóxico, de tu hijo, pero al parecer él no está bien mentalmente, porque ni con años dejo ir lo que sea que cree sentir por mi niña.

—¿Le privaron a Adams, él no saber de sus hijos?— indaga y me toma por sorpresa su pregunta.

¿Eso es lo único que le interesa?

—¡Le están diciendo que tienen a mi prometida en contra de su voluntad! ¡¿Y es lo único que piensa?!— gritó fuera de sí, ganándome su atención.

Respira profundo, acariciando el puente de su nariz.

—Bien, voy a ver qué puedo hacer por ustedes, pero no quiero que nada de esto se haga público, voy a hablar con Adams y ver en qué les puedo ayudar.




Vi esta foto y me encanto, aquí la linda Alice.

Vi esta foto y me encanto, aquí la linda Alice

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Secuelas de una obsesión © |#2| [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora