CAPÍTULO || 11

7.4K 472 23
                                    

Alice Pov's

Me siento en la cama de los niños y ellos me miran ansiosos.

Han pasado cuatro días desde que vi a Adams y decidí que es momento de hablarle a los niños de su padre.

—¿Saben que los amo mucho y todo lo que hago es por su bienestar cierto?— indago y ambos asienten, sin quitarme la mirada de encima.

—¿Tienes algo mami?— pregunta Astrid y niego.

—No bebé— hago una pausa y suspiro— ¿Recuerdan lo que les hable de su papá?

—¿Papá Ryan?

—No, Alice, su papá biológico— al mencionar esto, ella se queda callada al instante, para luego decirme que si con su cabecita— Bien, pues su papá termino sus pendientes bebés y está muy cerca, quiere verlos.

—¿De... de verdad?— pregunta la niña y digo que sí.

Aimon mira sus manos, sin decir nada, ni una reacción nada, mientras su hermana sonríe emocionada.

—¿Y cuándo lo vamos a conocer mamá? Yo quiero verlo y enseñarle todos mis juguetes, y mis cuentos— está realmente emocionada, pensé que reaccionarían diferente.

Bueno, su hermano no dice nada y me preocupa.

—¿Aimon? ¿Tú qué opinas?— pregunto y me mira.

—No lo sé, si mi hermana quiere yo también.

Él hace todo lo que ella quiere, siempre están juntos, él siempre cuidara de ella, son tan iguales y distintos a la vez.

—Bien, en unos días lo van a conocer— dejo un beso en la mejilla de ambos, para luego salir de su habitación.

Hasta el pasillo se escuchan los gritos de felicidad de la niña.

¿Es algo bueno?, no lo sé.

Entro a mi pieza y busco mi ropa de dormir, me la coloco acostándome en la cama.

Ryan no pudo venir, tenía asuntos pendientes y la verdad que el estar sola me ayuda a pensar mejor las cosas.

Mi situación no es para nada fácil, no quiero volver a lo mismo de años pasado, no es justo, yo no he hecho nada malo para merecer esta desgracia.

A él nunca le hice nada, solo se obsesionó, el que no tuviera mi atención lo hizo ser así conmigo.

Estaba acostumbrado a que todas cayeran por él, si él quería algo, eso obtenía. Todavía es así, pero yo no formo parte de ese grupo de sumisos, ¿Por eso me pasa esto? ¿Solo por no ser como los demás de su alrededor?

Está completamente loco.

Mañana hablaré con papá, tal vez él me puede ayudar más de lo que pienso, yo no quiero perder a mis bebés, ellos son los que me mantienen luchando por todo cada día, por ellos respiro y sonrío.

Suspiro pensando seriamente en lo que estoy a punto de hacer.

Pero no tengo otra opción... por ahora.

El teléfono suena y al tercer timbre contestan.

—¿Sí?— parece frustrado, su voz me lo indica.

Cierro mis ojos en busca de valor, mis labios se entre abren y me decido por hablar.

—Ya se los dije, mañana después de que ellos salgan del colegio, puedes verlos, estaremos en el parque que está a unas calles de este— la línea se queda en silencio unos momentos, para después escuchar su risa.

—Vaya, pensé que tendría que obligarte a hacerlo siendo sincero, pero que bien que hagas las cosas por las buenas— no respondo y prosigue— Estaré en el lugar indicado, espero y no me hagas una de las tantas que te sabes, mi amor.

No soporto sus palabrerías y termino colgando la llamada.

Maldito, maldito seas, mil veces maldito. El conocerlo ha sido uno de los mayores errores de mi vida, aunque no del todo.

Y duele decirlo, hasta extraño suena, pero de no conocerlo no tendría a mis niños, la forma en que se dieron fueron horribles, pero reitero ellos son luz en mi vida.

Secuelas de una obsesión © |#2| [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora