CAPÍTULO || 20

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Ryan Pov's

Marco al número de Alice y nada. Me dijo que vendría y ya ha pasado más de dos horas, no contesta y eso me pone nervioso, ella siempre contesta al momento, rara vez no lo ha hecho y si lo hizo, en menos de veinte minutos llamaba de vuelta, pero dos horas es demasiado tiempo.

Tal vez suene exagerado, pero tengo mis razones para preocuparme y más teniendo a Adams aquí.

Le marco a Bridget y al cuarto tono contesta.

—Hola, Ryan.

—Hola, ¿Has hablado con Alice? Es que hace horas quedó de venir y no contesta ni las llamadas— informo un poco desesperado.

La línea se queda en silencio unos segundos, que hacen que esté más nervioso.

—No, es que ella iba a llevar a los niños con Adams y luego pasar a tu trabajo, así dijo que haría.

—Joder...

—Pero llama a su papá, él tal vez sepa algo, no sé, quizás esté con él, si no, busca la manera de rastrear su número.

—No me gustaría invadir su espacio, Bridget, sabes que no me gustan esas cosas— le recuerdo incómodo.

Nunca se me ha pasado por la cabeza hacer esas cosas con mis parejas y menos con Alice, por Dios.

—¿Y si nos necesita, Ryan? Hazlo, busca la forma, yo le llamaré al papá.

—Está bien, adiós— cuelgo la llamada y respiro hondo.

Ella siempre tiene el GPS encendido, así que me entro a una aplicación, marco su número de teléfono y agrego otras cosas más. La aplicación tarda alrededor de dos minutos ejecutando, hasta que me da una dirección.

No es tan lejos de aquí, pero ella tampoco está en movimiento, o eso me muestra la pantalla.

Sin esperar mucho, me levanto, para dirigirme a ese lugar.

En menos de diez minutos llego y mi corazón se acelera al ver el auto de Alice, su teléfono en la calle, pero sin rastro de ella.

Miro a mis alrededores, casi no están pasando personas y alguien lo hace es en vehículos.

Le marco nuevamente a Bridget informándole de lo que está pasando, sin responder, me cuelga la llamada y no sé si ir a la policía o qué carajos hacer.

Una llamada del papá de Alice me saca de mi burbuja.

—¿Qué le pasó a mi hija? ¿Y mis nietos?— es lo primero que pregunta al estar en línea.

—No lo sé, ella quedó de ir a mi oficina, pasaron las horas, no llegaba y me pareció raro que tampoco contestara, sin saber qué hacer exactamente rastree su móvil, pero solo me encontré con este en la calle y su auto mal puesto; sin rastro de ella.

Un suspiro se escucha, mientras yo paso la mano por mi cabello desesperado.

—¿Qué hacemos?— pregunto.

—Si ella no aparece, no tengo dudas de que él se los llevo, Ryan y hay que hacer movimientos rápidos, o le perderemos el rastro— dice desesperado y lo entiendo.

—Daré avisó a las autoridades.

Al colgar la llamada, llamo a la policía y una grúa que pueda cargar el auto de Alice.

Cuando estos llegan, le cuento todo a los oficiales para que podamos empezar una búsqueda y no me salgan con sus "Esperen cuarenta y ocho horas".

Entienden la situación y hacen su debido trabajo; revisamos cámaras de seguridad cercanas y en el video claramente se ve como el carro se detiene, ella sale y momentos después un hombre con pasamontañas, coloca un paño sobre su cara, hasta que cae.

—¡Verifiquen las otras, busquen a donde se dirigió!— digo desesperado.

Ellos teclean algunas cosas, para después negar.

—Por alguna razón las cámaras estaban desactivadas, solo esas estaban disponibles, pero haremos lo posible por encontrarla.

Asentí para luego salir del lugar e ir a casa de mi suegro. Al llegar lo veo con Bridget, ambos sentándoselo marcando no sé qué, en su móvil.

—Unas cámaras de seguridad grabaron cuando se la llevaron, él si lo hizo— informo de manera neutra, aunque por dentro esté hirviendo de la rabia.

—Llámanos a aeropuertos, pero al parecer no hay rastros de vuelos que la mencionen, ni a los niños, ni a él. Borró todo rastro.

—Como alguna vez usted lo hizo— completa Bridget y él asiente.

—¿Dónde cree usted que puedan estar? ¿Qué país?— pregunto y él se alza de hombros.

—¡Ryan, no lo sé, es un hijo de puta, pudo habérsela llevado a Rusia, Latinoamérica, no lo sé!— responde exaltado.

—Tranquilo, antes vivían en Italia, ¿Y si se la llevó ahí?

—No creo, sería muy obvio, ¿no?

—Quizás— respondo— Pero, ¿Y sí, sí? Démosle aviso a las autoridades en Italia.

—¿No sabes quiénes son él y su padre, verdad? Los tienen comprados, ¡Todos son corruptos!

—La vamos a encontrar, la voy a traer devuelta, así sea lo último que haga— informo decidido.

No voy a permitir que Alice, vuelva a sufrir en manos de él, ni de nadie.

Secuelas de una obsesión © |#2| [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora