CAPÍTULO || 08

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ADAMS POV'S

Miro cada rincón de su rostro, cada gesto que hace, como su ceño se frunce y muerde su labio por nerviosismo, quizás.

Steven aún sostiene a su amiga, la chica es de dar problemas, lo tengo bastante claro, que él se encargue de ella.

Acaricio la mejilla de Alice, ella levanta un poco la mano y vuelve a bajarla.

Está aprendiendo, sé cuáles eran sus intenciones y ella sabe que no es de mi agrado.

—Entonces mi amor, iremos por los niños ¿Okay?— niega y echo mi cabeza a un lado.

—No, no irás a ningún lado que estén mis hijos en estos momentos.

—¿A no? Entonces prefieres que vayamos a lo legal.

—¿Tú pretendes que les diga que tú eres su padre de una vez? ¿Si eres consciente de que solo son unos niños y algo así no se dice a la ligera?

—¿Y cuándo se dice según tú? Es mejor decir las cosas cómo son, no es como que se vayan a morir por eso.

—Eres un insensible— suspira y me mira fijamente— De... Déjame prepararlos, para poder darles la noticia.

—¿Y qué les vas a decir?

—Si lo que te preocupa es que diga cosas malas de ti, quédate tranquilo, aun con todo lo que me has hecho nunca les hablé mal de su verdadero padre, porque sí, ellos saben que Ryan no es su padre biológico y aun así lo quieren como a uno, ellos le llaman papá— lo último lo dice no sé con qué propósito.

—Ya, que se aproveche mientras pueda.

—O sea, ¿Sí captas que aunque tú regresaste haré lo que sea para que todo en mi vida siga normal?

—¿Sí captas que vine con un propósito y es tenerte conmigo? No pienso irme sin ti y bueno, ahora mis hijos también.

—¡Ninguno de ellos te importa, ni siquiera sabías que eran tus hijos!— grita y me carcajeo.

—Por qué tú me los ocultaste, sabes que puedo quitártelos cuando yo quiera, tengo dinero, poder y solo muevo unas piezas y ya tengo a los niños conmigo— la veo tragar saliva, haciéndome sentir que tengo poder sobre ella.

Siempre lo he tenido.

—Deja de joderme.

—Haz lo que te digo y verás cómo todo irá bien.

Me levanto del sofá arreglando mi saco y ella me mira con cautela.

—Te daré una semana, una semana, ni más, ni menos— cierra sus ojos maldiciendo entre dientes.

—Es muy poco tiempo— musita preocupada y me alzo de hombros.

—No es problema mío, si te sigues quejando solo serán tres días— me giro y le hago señas a Steven para que suelte a la chica— No me causes problemas linda, esto es cosa de Alice y mía, no te metas.

Steven le dice algo al oído a la chica, ella lo empuja, sacándole una risa, salimos de la oficina bajo la atenta mirada de todos, subimos al ascensor y al llegar a la recepción veo al rubio, con el que ahora está mi Alice.

Él no nos ve a nosotros, está muy concentrado hablando por teléfono y antes de nada salgo de la empresa para dirigirme a la mía.

—Creo que me está gustando esto— pronuncia mi amigo.

—O la chica.

—Es lo mismo— responde— Jennifer ha estado muy cansina de un tiempo para acá, mira a ver qué haces porque en una de estas la mando directo al diablo.

—No le hagas caso, en un rato iré a verla, me pierdo unos días y ya.

—Y luego la tengo llamándome a mí, como si yo fuera tu secretaria ¿Qué cosas no?— se escucha molesto, pero él sabe cómo es Jennifer y yo no tengo la culpa.

O quizás sí.

Secuelas de una obsesión © |#2| [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora