Capítulo 10

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¿Jamás has sentido que estás fuera de realidad?

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¿Jamás has sentido que estás fuera de realidad?

Tu mundo se pierde, las personas y las cosas que te rodean parecen tan lejanas, escuchas voces que solo se perciben como un eco. Sabes que el mundo está ahí frente a ti, con sus brillante colores mezclados con opacos grises que conforman un todo. Pues por lo menos a mí me pasaba todo el tiempo desde que tenía memoria. El periodo de duración de este extraño fenómeno variaba, podían ser días o semanas, también minutos o unos cuantos segundos. Nunca pude expresar correctamente las sensaciones que me producía encontrarme en ese estado.

En las noches gritaba por la desesperación de no poder recordar algo que juraría era real, no me refería a una vida pasada que recordaba luego de la reencarnación, no creía en esas cosas de fantasía; sino a eventos pasados de esta vida y que yo tenía un papel protagónico en la historia que hacía mella en muchos lazos unidos, lo único que veía era la luz del penetrante rayo violeta, comencé a odiar ese color. Verlo me fastidiaba, me enganchaba a una impotencia de la que no podía deshacerme, sentimientos negativos, más de los que podía o podré manejar. Y en estos momentos quería gritar hasta que mi garganta se cerrara.

Deniel manejó sin rumbo por un tiempo. Yo no me decidía por el lugar. Pensé en mi casa, pero sabía que mis padres querrían que contara a lujo de detalle cómo era la escuela y seguro tendría que mentirles, no podía simplemente decirles lo que ocurrió, de hacerlo había dos opciones: una, que no me creyeran y en lugar de mandarme a una universidad me encerraran en un centro de ayuda psicológica (era poco probable, sin embargo, no descarté ninguna posibilidad ante cualquier situación). Dos, que me creyeran y se preocuparan tanto que me mantendrían cautiva en casa hasta que cumpliera treinta o incluso más.

Debía admitir que quizá estaba siendo un poco teatral, pero así de extremistas eran mis padres. Conduje mis pensamientos al límite, al tratarse de una especulación sobre ellos y sus decisiones, todo era posible.

Cuando eran demasiado sobreprotectores, me daba el presentimiento de que contaban con información que yo desconocía. Solía desechar la idea porque mis padres nunca le ocultarían algo a su hija. Por el cielo sagrado esperaba que fuera así.

-Oye, si voy a seguir conduciendo por toda la cuidad, entonces deberías empezar a contarme lo que te pasa. ¿Qué ocurrió? -inquirió el pelinegro clavando sus preciosos ojos grises en el camino.

No me animaba a verlo, por alguna razón, estaba ruborizada. Tal vez era el miedo o tal vez era el simple hecho de estar a solas con Den. Descarté la opción, había estado así muchas otras ocasiones con él, así que voté por el miedo.

-No, creo que ya sé a dónde podemos ir -susurré. Tomé aire y continué hablando-. ¿Recuerdas cuando tenía quince y me enojaba con todo el mundo? -hice una pausa esperando su respuesta, él se limitó a asentir y sonrió nostálgico trayendo consigo los mismos recuerdos que yo.

- ¿Quieres que vayamos al lugar donde siempre te encontraba después de esas pequeñas crisis que sufrías?

Le dije que sí. Aceleró un poco y nos dirigimos a lo que era mi lugar secreto.

El Secreto Es El Pasado / Terminada / *Sin editar*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora