Ellos no lo saben

1.8K 84 8
                                    

– Esto está mal, lo nuestro ya se convirtió en un secreto a voces… y todos lo dicen: esto está mal. Todos dicen que esto no es lo mejor ni para mi, ni para ti… y realmente creo que tal vez están en lo cierto – gimió ella, mientras se escapaba de los brazos de su enamorado.
– No, ellos están mal, ellos son los equivocados, ellos no saben sobre lo nuestro – susurró él en el oído de la chica, ella se electrizó. – Ellos no saben que te amo, y que tú me amas… ellos no lo saben.
Y así comenzó una tierna lucha de besos. Ellos pasaron la tarde juntos, riendo, cantando, jugando, jurándose amor eterno, jurándose que la gente no los separaría.

Cuando ella llegó a su casa sus papás la esperaban. Ellos como todos eran ignorantes de ese sentimiento tan profundo que había entre los chicos. Ellos como todos en el fondo tenían envidia de sus sentimientos, de su juventud, de su defectos, de sus triunfos, de su energía.

– Hija, ven acá – ordenó el papá.
– Queremos hablar contigo – secundó la mamá.
– Dime papá, dime mamá – contesto ella imaginando lo peor, imaginando que sus papás también la juzgarían. 
– ¿Es cierto que estás saliendo con ese chico? – preguntó el papá.
– ¿Cuál chico? – preguntó haciéndose la que no sabía, pero recordando los labios de ese perfecto chico.
– No te hagas, las vecinas ya vinieron a decirme, que te ves con ese vándalo – gimió la mamá como si se tratara de la peor de las calamidades. La chica pensó en defender a su amado, pero el terror la venció, la cobardía ganó y siguió sus instintos de buena hija.
– ¿De qué hablas mamá? ¿qué vándalo? Yo no me veo con nadie, vengo de la biblioteca – respondió sintiendo que lo traicionaba.
– Más te vale… si nos vuelven con otro rumorcito de esos no te la vas a acabar – amenazó el papá, ella sólo asintió y corrió a su cuarto a llorar.

Esa noche lloro todo lo que pudo, hasta que se le secaron los ojos. A la mañana siguiente su mamá le dio un sermón sobre “cómo debía ser el chico ideal”. Con ese terrible sermón y las amenazas de su papá, llego a una pesarosa decisión. Tal vez todos tenían razón, tal vez él no era el indicado.

– Amor, conseguí pases para feria, en una semana, habrán juegos artificiales, será muy bonito – dijo él tomándola por sorpresa y abrazándola mientras guardaba uno de los boletos en el abrigo de la chica.
– Tengo que decirte algo – dijo ella muy seria apartando a él de su cintura.
– ¿Qué? – preguntó él temiendo que su amada le dijera lo que sus oídos no querían oír.
– No podemos seguir así, no debemos seguir así – esas palabras destrozaron el corazón del chico.
– ¿Qué? ¿por qué? ¿por que lo dice la gente? ¿por que lo dicen tus papás? ¿eh?
– Porque es lo mejor.
– ¿Qué es lo mejor?... entiende ellos no saben nada, ellos no entienden, ellos son ignorantes. Sabes más bien creo que la que cree que es lo mejor eres tú y no ellos, la que quiere que esto acabe eres tú y no ellos. Y si así lo deseas, yo no tengo nada que hacer aquí – se fue y la dejó. 

Él estaba cegado por la furia, el coraje, la impotencia ante la sociedad. Ella se quedo llorando, pero pensando que se le pasaría.

Al llegar a su casa ella simplemente subió a su cuarto a llorar, cuando él llego a su casa solo intento despertar de lo que él consideraba una pesadilla.

Una semana pasó, ellos se veían en la escuela, pero ya no eran cómplices, ya no compartían esas mirada que sólo existían entre ellos, ya no existía su “nosotros”.

Pero ella entonces al revisar su abrigo encontró el boleto para la feria y recordó que sería esa noche. Eran entonces la siete de la noche, ella quería recordar a su amado así que decidió pedir permiso para salir a la feria, sus papás aceptaron pensando que iría sola, y así era el plan hasta que de pronto él apareció en escena.

– Hey chica ¿qué crees que haces sola? – preguntó la voz de su amado, ella se heló.
– ¿Qué? ¿qué haces aquí?... ehh … yo ya me iba. Adiós – se despidió ella intentando evadir ese encuentro.
– No, me cansé de dejarte ir – contestó él impidiéndole el paso. – Lo nuestro no puede acabar, lo nuestro es indestructible.
– ¿Lo nuestro? – preguntó ella llorando.
– Sí, lo nuestro. La gente puede decir lo que quiera, te pueden decir que soy un vago, un vándalo y todas esas cosas, pero tú eres la única que sabes que no soy eso, tu fuiste la única que me a dado la oportunidad de mostrar quien soy en realidad. Eres lo que siempre he soñado, lo que siempre he esperado.
– Yo… yo… - ella no pudo terminar su frase, porque él la besó.
– Tú… tú eres mi vida, y ellos no lo saben. Ellos no saben lo que hacemos. No saben sobre el “Te amo”. Ellos están celosos de nosotros. Ellos no saben lo que es bueno para ti y para mi, ello… – el no pudo terminar porque ella lo calló con un beso.

Ahora a ninguno de los dos les importaba que dijera la gente, porque ellos tenían algo que los demás no. Y preferían quedarse con eso.

------------------------------------------------------------

Inspirada en la canción They don’t know about us de 1D.

One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora