Dulcinea [Catradora]

Capítulo I

—Tu puedes hacerlo Adora —Se echaba ganas con su celular en mano.

Tragando saliva marcó, puso su mano en el sofá estaba tensa y su mano ocupada estaba temblando mientras se dirigía a su oreja.

—Hola, un gusto poder hablar con usted —Era una voz lenta, suave y sexy, la rubia se sonrojó—, ¿Qué deseas? Estamos a tu servicio.

—Uhm —Su voz tembló—, quería... Eh, saber si... Hay alguna chica disponible —Tartamudeaba mientras su cuerpo empezaba a tener calor por tanta conmoción.

—OH, una chica huh, claro cariño, di de que tipo y la enviaremos a tus brazos.

—¿De qué tipo? Eh... ¿Mujer? —Se escucharon risas con lejanía a través del celular.

—Callense —Dijo quien hablaba—, ¿Cuánto quieres gastar? Una hora depende de la chica a la que elijas.

—¿Sabe qué? —Se arrepentía— olvidelo-

Cuando iba a cortar escucho un ruido y una leve respiración.

—Yo iré por ti —Susurró, Adora se estremeció por completo ante la voz—, no me importa tu presupuesto, dime la dirección.

—Por supuesto... —Dijo dócil.

Al dársela la voz del teléfono le dijo que en poco tiempo estaría allí.

Adora corrió por la casa tratando de ordenar el doble, no sabía que hacer, estaba vestida como normalmente lo estaría ¿Debería vestirse de otra forma? Estaba oscureciendo pero aún las luces de la calle no encendían.

Se escuchó un auto estacionando justo fuera de su casa, ella miró por la ventana y la vio salir del auto, tragó saliva y abrió la puerta.

—Hola, soy Adora —Tartamudeo estirando su mano hacia la chica.

Estaba vestida con un vestido pegado a su cuerpo y un abrigo esponjoso de pelaje falso.

Ella miró la mano temblorosa y sólo sonrió tomándola.

—Hey Adora —El corazón de la rubia comenzó a palpitar con rapidez, sentía que se derretiría.

Ambas juntaron sus manos como saludo y Adora la invitó a pasar.

—Uhm, ¿Quieres algo para tomar? Es tarde ¿Quizás un té? —De la mujer salió una risita— lo siento, no sé cómo funciona esto.

—Claro, pero hagamoslo después —Susurró empujandola al sofá—, Adora ¿No?

Adora comenzó a sudar mientras la veía frente a ella, tenía una sonrisa seductora.

—¿Qué clase de servicios quieres?

—Yo... —Susurró temblando.

—Lo imaginé —La chica frente a ella se alejó unos cuantos pasos, sus tacones sonaban.

Pronto dejó caer su abrigo mostrando su espalda casi desnuda por el corte de su vestido.

—Empecemos con el baile ¿No? —Susurró—, pongamos algo de música.

Todas sus acciones eran tan delicadas y suaves, Adora se quedó sin decir nada mientras miraba con atención cada parte de aquella mujer, no había imperfección en ella, no le importaba si quedaba en deuda todo un año por ella, pronto olvidó lo que quería lograr con todo.

Una música llena de ritmo le envolvió, sintió como un escalofrío recorría su cuerpo al verla mirando sus ojos directamente mientras caminaba unos pasos cerca de ella, movía sus caderas levemente, movió sus labios con la música, estos traían en ellos un rojo intenso, su cabello corto acompañaba su look, lentamente se deslizó hacia abajo con movimiento fluido, los ojos de Adora no le perdían de vista, todo su cuerpo estaba reaccionando a ella quien ahora se acercaba gateando a Adora poniendo sus manos sobre las piernas de esta.