Capítulo XIII

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—¡Agh, ya no aguanto esto! —Exclamó entre lágrimas Catra.

Era uno de los días malos, Catra había estado decaída durante unas semanas, no quiso hablar de nada hasta ahora.

—¿Qué es lo que pasa? —Preguntó Adora acercándose con cuidado.

—¡Quiero que toda esta mierda se vaya, quiero poder tocar mi propio cuerpo, quiero poder tocarte pero me aterra tanto! —Salió un fuerte llanto de ella— ¡Aún siento sus asquerosas manos en todo mi cuerpo, aun siento su lengua en mi cuello, sus brazos agarrandome, su aliento en mi nuca!

Catra estaba temblando aterrada mientras contaba eso, Adora no podía hacer nada.

—¡Cada roce lo hace real! ¡Como si nunca hubiese salido de allí! —Catra estiró su mano— ¡Esta fue la única maldita cosa que no tocó! ¡¿Por qué siento que debería agradecerle por esto?! —Adora tembló brevemente mientras unas lágrimas caían— Adora ¿Cuanto tengo que soportar para que todo esto se vaya? Ese maldito tuvo que haberme matado y ya.

—No digas eso... —La voz de Adora se quebró— vamos a estar en esto juntas, iremos de a poco, pero lo lograremos tal como ahora sanaste podemos quitar todo eso de tu piel —Adora estiró su mano—, yo también quiero tocarte.

Catra juntó su mano con la de Adora mientras ambas lloraban.

—No tienes nada que agradecerle, el arruinó tu vida, no dejes que incluso en prisión pueda disfrutar de algo tuyo, no pienses en morir porque es lo que siempre quiso...

—Lo sé...

—Vamos a buscar ayuda, yo te estaré acompañando como siempre lo haré —Adora dio un leve beso en la mano de Catra quien asintió— tienes que dormir.

—Duerme conmigo —Pidió.

—Por supuesto —Sonrió Adora.

Ambas se acercaron y se besaron, sus labios temblaban, al alejarse Catra soltó otro llanto aferrándose a lo único que podía: la mano de Adora.

Al día siguiente los amigos de Adora vinieron a visitarla, poco habían ido desde que Catra se mudó.

—Oh, buenos días —Dijo Adora con su cabello desordenado y ojos achinados.

—¿Hubo fiesta y no nos invitaron?

—Perdón, nos madrugamos, entren —Dijo sonriendo.

—Adora quiero un gatito —Dijo Catra saliendo de la habitación caminando mucho mejor que antes.

—¿Qué? A penas llevan un mes de mudarse juntas y ya quieren hijos —Se burló Bow.

Catra los miró despertando y dándose cuenta, soltó un grito.

—¡¿Por qué no me dijiste que vendrían?!

—Lo olvidé —Rió con torpeza.

—Me hubiera arreglado al menos —Susurró con flojera.

—Te ves bien así —Dijo Adora acercándose a ella dándole un corto beso en sus labios.

Catra se paralizó de la vergüenza, Adora miró eso extrañada.

—¿Estás bien?

—¡Hay personas frente a nosotras! —Exclamó en susurro.

—Oh, cierto, lo hice por reflejo.

Los amigos de Adora se miraron con sorpresa, Adora se veía normal, un poco avergonzada pero Catra estaba completamente sonrojada.

—¿Té? —Preguntó la rubia.

Dulcinea [Catradora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora