Dulcinea [Catradora]

Capítulo VI

Advertencia:

El tema a tocar en este capítulo puede ser extremadamente sensible para algunas personas, se les recomienda discreción en este tema, traté de tomarlo lo más realista que pude y con todo el debido respeto. Lamentablemente lo que leerán es algo que ha pasado y lamentablemente seguirá pasando hasta que las leyes no cambien.

Lo único que se escuchaba en ese solitario lugar eran los gritos y llantos de Scorpia mientras una yacía en el suelo temblando en shock.

—¡Catra! ¡Catra! —Llamaba insistente, la morena con sus últimas fuerzas estiró su mano hacia ella.

Esta la tomó con fuerza.

—Scorpia sé fuerte, siempre lo eres pero ahora sé más fuerte que nunca ¿Si? —Pedía Catra, su cara tenía un leve corte.

—Lo seré —Tembló llorando para luego mirar hacía arriba, ella también estaba en el piso, su expresión fue de terror— ¡No! ¡NO!

Aquel hombre tenía un fierro el cual alzó y golpeó a Catra en su cuerpo mientras se escuchaba su hueso romperse.

—¡Woah, amigo! ¡¿Escuchaste eso?! —Scorpia soltó un grito, estaba aterrorizada.

Tiraron el cabello de Catra levantandola del suelo frente a Scorpia quien aún tenía su mano agarrada.

—Oops, creo que está muerta —Dijo moviendola como un juguete más.

—Aprovechemos mientras está caliente —Dijo el otro.

Nuevamente empezaron a violarla entre ambos mientras Scorpia comenzaba a moverse errática contra los hombres.

Uno de estos la golpeó en la cabeza con el fierro, la habían drogado, no podía moverse, no veía nada pero aún así trataba con todas sus fuerzas sacarla de ahí.

—Scorpia... —Susurró el moribundo cuerpo de la morena— Huye de aquí, busca ayuda —Catra fue golpeada nuevamente.

Scorpia sin saber que hacer corrió dejando a Catra atrás, soltaron risas aquellos hombres.

—Bueno, con una de dos está bien —Dijo.

Scorpia corrió entre las calles hasta ver a tres chicos, prostitutas también y cayó al piso sintiendo como su brazo se adormilaba.

—¡Scorpia! ¡¿Qué pasó?!

—Tienen a Catra, saquen a Catra se los ruego —Susurró cayendo desvanecida.

Adora en su lugar no pudo dormir, no prendió la televisión, no hizo nada más que llamar a su celular pero no contestaban, se alistó para ir a la universidad y vio cómo su grupo de amigos estaban allí reunidos como siempre.

—Hola chicos ¿Cómo están? —Preguntó.

Recibió una mirada de tristeza de parte de todos, esta alzó una de sus cejas.

—¿Qué pasa?

—Lo sentimos mucho Adora, bueno en realidad no sabemos que tan cercanas eran pero —Adora cayó al piso, toda su fuerza se había ido de ella, aún no entendía que pasaba.

—¿Le pasó algo? —Preguntó temblando con un hilo de voz.

Los amigos notaron que el tema era más sensible de lo que creyeron para Adora, Bow fue el que tomó la palabra esta vez.

—La encontraron en un depósito de basura...

Adora paró de temblar rápidamente, abrió su boca con dolor incrédula de lo que el chico decía mientras miles de preguntas se formulaban en su cabeza, preguntas que no fue capaz de decir, sólo soltó un fuerte llanto tomando su vientre con fuerza al darse cuenta que si era real por la mirada de sus amigos, un fuerte dolor recorrió hasta la punta de sus dedos, tapó su boca mientras se erguía.