Capítulo IX

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Catra asustada despertó jadeante, un sudor frío recorrió su sien, temblando miró a su oscuro alrededor buscando a Adora pero nuevamente no estaba, habían veces en las que si estaba y ella se aferraba a lo único que podía tocar de la morena, sintió un abrazador frío en su cuerpo y miró hacia la música, con cuidado e incomodidad lo alcanzó, revisó los últimos mensajes que había enviado Adora.

Rió levemente al ver cómo los amigos recibían la noticia de que vivirían juntas y los memes que enviaban, Adora realmente se estaba esforzando mucho por ella, Catra estaba agradecida pero frustrada, no quería seguir estando así pero aún estaba aterrorizada, le hubiera gustado que el beso en los labios de Adora lo hubiera disfrutado pero sólo le dio asco, no por Adora, el toque de sus labios, cada roce le trae recuerdos que quiere olvidar, recuerdos que prefiere evitar a toda costa pero que a veces no puede controlarlo.

Aún se sentía atrapada allí al estar en medio de la oscuridad, ver a Scorpia llorando pidiendo perdón, su expresión de terror ante cada cosa que hacían, las gotas de sangre que caían, cada sonido, cada goteo, cada asqueroso jadeo lo sentía aún en su piel, sabía que no podía volver a ese lugar pero no tenía lugar donde ir, no sabía que hacer con su vida pero ahí había alguien dándole todo lo que necesitaba mientras depositaba un beso en sus dedos, ¿Era lástima? ¿Culpa? No lo sabía y tenía miedo de aferrarse al roce de sus manos y labios, no quería pasar por ello a pesar de que nunca lo había sentido antes.

Había un vínculo, algo que no podía negar entre ella y Adora, trataba de darle explicación desde el primer día pero no podía y ahora era mucho peor, tanta calidez, tanto cariño, se estaba dejando llevar por el río, sin Adora en su camino ahora seguiría trabajando para pagar el tratamiento de Scorpia.

Con su cabeza llena de pensamientos no podía dormir, en su mano tenía el celular de Adora con la música andando, se aferró a eso y cerró sus ojos.

A las horas sintió unos pasos, cuando se detuvieron Catra abrió sus ojos mirando a la rubia con su cabello húmedo.

—Lo siento ¿Te desperté?

—No, desperté en la madrugada —Susurró Catra.

—¿Cómo te sientes hoy? —Preguntó sentándose a su lado.

—Solo quiero irme de aquí —Catra soltó el reemplazo de la mano de Adora y buscó.

La rubia sonrió tomando su mano y besándola para luego envolverla entre sus manos, Catra quitó su temblorosa mano.

—Catra... ¿Empeoró? —Preguntó Adora preocupada.

—No- —Catra se quejó corriendo la mirada— ¿Por qué haces esto?

—¿Qué cosa?

—No quiero estar cerca de ti si me tienes lástima, no quiero que me toques si sientes culpa de lo que me pasó —Catra cerró su puño con fuerza.

Adora dolida puso su mano sobre el puño de Catra quién la miró con sorpresa.

—¿Qué haces?

—No es... No es pena ni culpa lo que siento al verte —Susurró—, no sé que es y me parece loco todo esto, es como si... Te necesitara y no hablo sexualmente por supuesto —Decía avergonzada—, no quiero alejarme de ti.

Catra la miró sonrojada en unos segundos hizo una expresión de tristeza mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos, Adora le miró con preocupación alejando su mano.

—Quiero besarte —Dijo con una voz temblorosa—, pero ni siquiera puedo tocarme a mi misma —Su voz se quebró en el instante.

Adora palideció dándose cuenta que el único roce en su piel era de ella tomando sus manos.

Dulcinea [Catradora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora