Dulcinea [Catradora]

Capítulo II

—Voy a tener que pasar de ese té —Susurró la morena poniéndose de pie algo temblorosa aún.

—¿Catra? —Preguntó Adora preocupada al ver cómo tomaba todo con rapidez.

—El tiempo se acabó- —Susurró poniendo su ropa en su cuerpo— son quinientos dólares.

Adora buscó a su alrededor la cartera pero no estaba por ahí.

—Debo tenerla en mi cuarto, esperame —Se levantó como si nada y corrió por las escaleras, al bajar la vio más calmada prendiendo un cigarro— la encontré.

—Bien —Susurró.

—¿Hay algo mal con tu voz? —Preguntó preocupada.

—No, dame el dinero tengo otro cliente —Adora mostró notable decepción mientras sacaba el dinero.

Al pasarle el dinero Catra miró extrañada a la chica.

—¿Falta?

—Me diste trecientos dólares más —Dijo pasandolos.

—No, quédate con ellos, sé que la música es tu temporizador, te tuve más tiempo así que-

Los ojos de Catra brillaron y bajó la mirada al centro de mesa, buscó entre sus cosas.

—Gracias.

Al encontrarlo dejó una tarjeta de presentación en la mesa, Adora al acercarse a tomarlo Catra se dirigió a la puerta.

—Si... Si quieres experimentar esto de nuevo llámame, no llames de nuevo a ese lugar —Susurró avergonzada mientras salía rápido de la casa.

Adora aún desnuda se sentó en el sofá tapando su cara avergonzada con el número de la chica entre sus dedos.

Al día siguiente estuvo todo el día embobada desde el segundo en que despertó.

—Adora —Dijo alguien frente ella, era una chica de baja estatura— ¿Qué pasó ayer? No lo hiciste ¿Verdad?

—Glimmer ¿No es un día hermoso?

—Ugh, ahora está actuando como Perfuma —Se quejaba una chica de tez oscura de cabello azul.

—Yo no actúo así —Respondió con calma—, Adora ¿Qué pasó ayer?

—Pues, usé el número —Susurró avergonzada.

—¡¿Qué?! —Exclamó la mayoría del gran grupo.

—¡Les juro que lo hice e iba a cortar pero-!

—Adora se volvió adulta —Dijo el de tez oscura conmocionado.

—No, solo no supe cuando detenerlo y antes de que me diera cuenta ella estaba en mi casa —Susurraba avergonzada.

—¿Y que hicieron? —Preguntó una niña menor.

—¡¿Frosta?! —Exclamó la de cabello claro y piel morena.

—¡¿Hace cuanto estás aquí?! —Exclamó la de baja estatura.

—Ha estado todo el tiempo aquí —Dijo sin preocuparse la de cabello azul.

—¡Mermista! —Exclamó Perfuma enojada.

—Ah, maldición, tengo que irme a la preparatoria, luego me cuentas Adora y con detalles —Alzó sus cejas mientras corría riendo.

—Ahora sin menores de edad alrededor, cuéntanos todo.

—No es muy interesante sólo llegó y-

—¿Te bailó? —Preguntó Glimmer inquieta.