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El de la foto multimedia es Lucio del Valle...

Lucio del Valle no solo es un millonario engreído, también es un hombre malhumorado, frió, calculador que no le importa nadie más que el y solo él, tal como le enseño su padre que debía ser en los negocios, pero hay algo que solo un circulo muy chico de personas saben y es que eso solo es una imagen para el mundo, una vez que pasa los enormes portones que protegen su casa, la casa de su padre o la casa de su mejor amigo eso ya es otro tema, una vez dentro de la casa de su madre Lucio camina por ese largo pasillo que muchas veces lo vio correr de chico con esa tranquilidad que lo caracteriza y que a muchos saca de sus casillas, al llegar a donde se encontraba la mujer que le dio la vida y a la cual ama más que a nada en el mundo, al llegar a la fina línea que separa el final del pasillo con el comienzo del jardín de invierno, ese mismo jardín que muchas veces lo ha visto quedarse dormido sobre las piernas de su madre mientras ella leia en esa esquina que tanto amaba por el calor que los vidrios le transmitían al ser calentados por el sol que los golpeaba todo el día, se quedó observándola unos minutos, no ocurrían muy seguidos esos momentos al trabajar casi todo el día sin contar los viajes, es por eso que el los añoraba y guardaba en un lugar especial en su mente y corazón como su tesoro más preciado, aunque estos en lo posible trataban de no viajar a la misma vez para poder estar con él y él lo sabía, es por eso que al ver el esfuerzo que ellos hacían el siempre se esforzó por ser un buen hijo.

Observó a su madre desde la puerta doble de madera en la cual se encontraba recostado comenzando por su pantalón ancho que ella tanto amaba por la comodidad que este le brindaba las pocas veces que se podía dar el lujo de usarlo todo el día, luego siguió con el saco un poco grueso para su gusto pero el sabe que su madre no tiene la misma temperatura corporal que él o su padre y eso lo comprobó las veces que su madre le había pedido en reiteradas veces que durmiera la siesta sobre ella para que le transmitieran su calor y no tener tanto frío, obviamente el corría a los brazos de esta para complacerla, a él también le gustaba ese lugar el cual disfrutaba cuando estaba ella, en los momentos que su madre viajaba no se sentía igual estar en ese lugar, es por eso que no iba en su ausencia, luego finalizó en su cabello ahora corto con algunas líneas blancas, también observó con una sonrisa el verla con esos anteojos que tanto detestaba pero que soportaba para poder leer sin tener dolor de cabeza después por forzar su vista, tanto amaba a esa mujer que aun sentía la necesidad de salir corriendo a sus brazos cada vez que la veía como si ahora fuera un niño, su sonrisa se ensancho mas al imaginarse corriendo hacia ella y que por su gran tamaño está lo golpee al sentirse aplastada, estaba por sumergirse en otro recuerdo cuando su voz lo hizo volver a la realidad.

Me observaras mucho tiempo más o vendrás a darle un beso a tu madre...- esta vez su risa fue más grande al escucharla, el podrá ser lo más silencioso posible, pero ella siempre sabía cuando estaba cerca, la aceleración de su corazón siempre lo delataba según ella.

Hola mamá....- me acerco por detrás para dejar un beso en su cabeza al estar leyendo un libro frente al gran portillo que da al patio.

Hola bebe, ¿como estas?...

Bien y tu?....- me sienta frente a ella en el pequeño banco que ocupa para sus pies..

Ahora que te veo mejor...- acaricia mi mejilla, sonrió ante la calidez que su mano me transmite.

Yo igual, Zara, Tokyo y Berlín?...

En el patio con tu hermana amor...

Dejo un beso en su mano antes de salir al patio para ver a mis sobrinos jugar al fútbol con mi pequeña hermana, otra vez vuelvo a recostarme en la puerta pero esta vez observando a Zara jugar con mis sobrinos y ahijados, aún recuerdo cuando me enteré que estaba embarazada, no sabia que hacer primero, si matar al idiota que la embarazó y desapareció según mi hermana, pero yo se que lo hace porque ella sabe que lo mataré en cuanto lo agarré, si matarla a ella por embarazarse siendo tan joven o desmayarme cuando me enteré que eran dos y encima yo sería el padrino de ambos, al girarse y verme me sonríe volviendo mi día mas hermoso con su sonrisa, ella junto con mi madre son las dos mujeres que mas amo en esta vida, es por eso que copio su sonrisa despegando mi cuerpo de la puerta para caminar hacia ella.

El Sumiso... Seras tu...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora