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Tomy comienza a abrir los ojos lentamente, pero a diferencia del frío y duro piso siente que su espalda está sobre algo cómodo y reconfortante, logra enfocar el techo del cuarto de Lucio, mira hacia sus costados al ver que no puede moverse encontrándose con los gemelos durmiendo a sus costados otra vez.

No hubo forma de quitarlos de su lado...- miro hacia el frente de la cama encontrándome con un hombre de unos cincuenta años aproximadamente anotando algo en una libreta.

Disculpe... ¿usted es?...

Pedro... Pedro Sánchez, soy el médico de la familia...

Un gusto, mi nombre es

Thomas Faxter, ya me lo dijo... su novio...- hace comillas cuando dice lo último.

Porque lo dice así doctor...- su gesto no pasó desapercibidos para mi por lo que ahora quiero saber.

No lo tome a mal, es que en los años que conozco a Lucio jamás pensé escucharlo decir esa palabra y para serle sincero.... me sorprendió mucho más el hecho de que sea un chico y no una chica, pero uno no elige de quien enamorarse, ¿no?...- asiento.

- espero que sean felices...- sintió sinceras sus palabras por lo que le devolvió la sonrisa.

Gracias supongo...

Ahora le aviso al señor Lucio que ya despertó, hasta luego y un gusto señor Thomas...

Solo Thomas e igualmente y gracias...- asiente antes de salir del cuarto, acaricie la cabeza de los gemelos cerrando los ojos otra vez aprovechando el silencio que el cuarto me brinda.

Esto será siempre así?...- abro los ojos encontrándome a Lucio mirándome entre preocupado y divertido.

Ya les has dicho?...- ignoro su pregunta él niega.

Pensé que querrías que se lo digamos juntos...

Si gracias... niños...- trato de despertarlos pero tienen el sueño muy pesado, Lucio mueve a Tokyo colocando el pie sobre su espalda ganándose una mirada asesina de mi parte.

Esa no es forma de despertar a alguien Lucio...

No me gusta que ocupen mi cama...- me desafía con la mirada.

Entonces vete a otro cuarto porque ellos dormirán conmigo las veces que quieran y más ahora...

¡¡ ¿No hablas en serio?!!...- me mira asombrado.

Tengo hambre Lucio, ¿que hora es?...- vuelvo a ignorarlo ganándome otra mala mirada.

No se, despierta a los demonios para que te traigan algo, tengo que atender esta llamada...- sale del cuarto con el teléfono en la oreja y yo sonrío, no puedo creer que tenga celos de los gemelos, son solo unos niños y ahora me necesitan más que nunca por lo que ellos serán mi prioridad de ahora en adelante, logre despertar a los gemelos después de unos minutos, cuando se sientan refregando sus ojos aprovecho a masajear mis hombros.

Estas mejor?...- miro a Tokyo.

Si estoy mejor Kyo...

Nos asustaste...- miro a Berlín.

Perdón chicos, no fue mi intención, pero mejor diganme como están...

Bien supongo...

Justo estábamos saliendo del cuarto de mamá cuando escuchamos los gritos y vimos que el tío Lucio subía la escalera contigo en brazos...- Tokyo deja su cabeza sobre mi hombro.

Ya estoy mejor, tanto que muero de hambre, ¿qué hora será?...

Cuando vinimos era de día y ya está oscureciendo, deben ser entre las seis y las ocho...

El Sumiso... Seras tu...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora