Obligado a vivir entre los mortales, el gruñón dios de la muerte, Hades, cruza caminos con una joven muy torpe y desastrosa que tal vez le enseñe a sonreír... una vez más.
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El dios del Inframundo sabe que los humanos son débiles, simples, pred...
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—Tú eres, realmente una molestia.
Se encuentra tan cerca que puedo sentir su respiración ofuscada resollando en mi frente.
Perfecto, lo enojaste.
—Yo...
—No —me corta. Acerca más su rostro y puedo notar su ceño fruncido que arruga con fuerza, como también aquel fuerte aroma que desprende de él y que de algún modo resulta atractivo, eso y otros detalles que no había notado antes—. Escúchame, niña, te lo diré fuerte y claro.
A pesar de no poder moverme por la intensa presión, no le quito la mirada y la sostengo, mostrándome decidida y valiente a no dar un paso atrás.
¡Eso es, demuestra quién manda!
—Eres terriblemente molesta, irritante, intensa, fastidiosa y ya me tienes harto. Y no, no me interesa tu foto ni nada que tenga que ver contigo. Así que vete ahora y ni si te ocurra volver a aparecerte en mi camino. El solo ver tu rostro... me enfurece. No quiero escucharte ni sentirte cerca nunca más.
Auch, eso tuvo que doler.
Decido fingir que no me afectó nada lo que acaba de decir y me mantengo firme.
—E-eso no responde mi pregunta... —balbuceo vagamente, pero sin quitar mi mirada de la suya.
Sus penetrantes ojos no dejan de lanzarme dagas que se clavan duramente sobre mí. Siento el temblor de mis manos, pero me apresuro a taparlas. No quiero que sepa que me aterra enfrentarlo.
—Te quiero lejos de mí —masculla casi en un susurro.
Se aparta tomando excesiva distancia y se da la vuelta, dejándome con el alma en la garganta.
—Está bien, dejaré de molestarte... por hoy —dictamino alzando la voz.
Al oírme, Hades se tensa a medio camino y una parte de mí teme que se gire y vuelva, pero no lo hace. Él solo sigue caminando, alejándose más rápido y perdiéndose entre la multitud de estudiantes que se encuentran fuera del campus. Oficialmente, lo he perdido. De todas las formas posibles.
Menudo día. Ni mi crush me había rechazado tanto.
Decido volver, ya que en minutos comienza mi próxima clase de Diseño Fotográfico y acabo de perder mi descanso para el almuerzo. El estómago me ruge pero sé que ya no me queda tiempo para comer algo, tendré que alimentarme con bocaditos de aire hasta que termine mi horario.
Bien hecho, Alyssa. El amargado te odia y perdiste toda oportunidad con él, lo vas haciendo de piña madre.
Suspiro, en mi cabeza el plan salía a la perfección y él y yo terminábamos siendo besties. Supongo que no se puede conseguir todo en la vida por más esfuerzo que le pongas. O al menos, así es conmigo. No es mi primer fracaso y eso... de algún modo, lastima.
