16. Miedos

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"No dejes que el miedo te destruya; demuéstrales que puedes ser valiente aun siendo débil."


¿Qué haces cuando experimentas un evento sobrenatural y aún tienes la suerte de vivir para contarlo?

A. No haces nada... y solo dejas que el coco venga a por ti.

B. Huyes de todo, llevándote a tu hurón y todos esos libros pendientes que te juraste leer y... no lo hiciste. (¿Por qué? Porque estabas ocupada comprando más libros para añadirlos a la lista. Al igual que tú, sí, tú, la que lee esto. ¡Así que ve ahora, y lee esos libros pendientes! ¡Órale!)

C. Seguir los pasos del libro chino que conseguiste de formas misteriosas en el mercado negro, titulado: "Cómo sobrevivir a una experiencia sobrenatural y mantener tu cabello fino por veinticuatro horas" (Sí, lo sé. Por más raro que parezca, venían juntos. Aunque en realidad solo eran hojas pegadas al final).

Pues... Gracias a la instrucción del libro guía anti-locos, abordé y concluí... las malditas cinco fases de asimilación señaladas ahí.

Cuando desperté esa mañana, lo primero que me recibió fue un terrible dolor punzante en la cabeza, que no solo me provocó mareos y náuseas, sino que sentí todo el cuerpo pesado y la sensación agobiante de que algo me había asfixiado la noche anterior.

Y, al intentar levantarme de golpe, un líquido caliente bajó de mi nariz, y corrí al espejo más cercano, para descubrir que estaba teniendo una hemorragia nasal. No podía caminar y todo me daba vueltas. 

Según Yara, me desmayé apenas crucé el umbral de la sala. Fue ella la que me lo explicó todo, cuando desperté por segunda vez. Tenía la preocupación tallada en su rostro y me preguntó qué fue lo que pasó la noche anterior.

Y luego, tras un largo momento de no poder recordar nada, poco a poco, todos los vacíos de mi mente en blanco, fueron pintándose con recuerdos que llegaban a mí como bombardeos, uno tras otro.

Noche oscura.

Calles desiertas.

Luces parpadeantes.

Neblina.

Y Hades.

Hades... arrancándole la cabeza a un espantoso monstruo deforme y girándose hacia mí... con sus aterradores ojos verdes demoníacos.

Y miedo. Mucho miedo.

Desde ahí, comenzó mi infierno de tres días.

Fase 1: Negación absoluta. (El si no me acuerdo, no pasó)

No, no, no, no.

No vi a Hades transformado.

No lo escuché decir que era un dios.

No salí en mi pijama de dinosaurio, a comprar... ¿helado? ¿EN SERIO, ALYSSA? ¿HELADO? ¿QUÉ CHUCHAS PASA CONTIGO?

Y definitivamente... no vi a ningún espectro morir.

Nop, no pasó nada de eso.

Esto es una comedia, señores. Aquí no hacemos eso.

Fase 2: Idealización (Lo que haces cuando te imaginas un futuro a su lado)

Okey, esto fue lo que pasó:

Me desperté a media noche, tenía hambre y como la tragona que soy, decidí saquear la heladera. Fue entonces, que tomé un... ¿zumito de naranja? Sí, eso, el estudio no tiene tanto presupuesto como para alimentarme de forma más decente, aun siendo yo la protagonista.

HADES | Dioses latentes #1 (PAUSADA POR CORRECIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora