11. Cortinas de soledad

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¡Felicidades!

Nuevo logro desbloqueado: Tu vecino acosado, te ha visto en calzones de unicornios.

Contras: De seguro cree que estás loca.

Pros: ¿En serio crees, que puedes sacar algo bueno de esto?

Se le llama ser positiva...

Tranquila, que yo te devuelvo a la realidad.

¡Hades te ha visto en calzones! ¡Y no de los bonitos!

¡No puede ser, puedo jurar que vi a un viejito! ¡Y que lo dejé bien traumado!

¿O quizás vi mal? Con esta miopía que me traigo, es probable.

Necesitas lentes, urgente.

Ay no, Hades. ¿Por qué? ¿Por qué siempre contigo?

Y como si lo invocara, alza la mirada para cruzarla justo con la mía.

Al vernos, frunce los labios y parece murmurar algo entre fastidio y molestia, pero no puedo escucharlo debido a la distancia.

Nos mantenemos la mirada, y yo trago seco, pensando en algo que hacer o decir.

—¡Hola, Hades!

¡Hasta que por fin dices algo sensato! ¡Ahoga no la cagues!

Levanto mi mano, para moverla y saludarlo, pero él no me devuelve ni el saludo ni la palabra.

—¡Qué tal, cuánto tiempo! ¡Qué bonitas cortinas, seguro puedes ver muchas cosas con ellas!

Alyssa...

—¡Y-y te ves muy bien hoy! ¡Felicidades!... ¡Por tu día! ¡Digo, por ti! ¡Digo por... por tus cortinas! ¡Que bonitas! —Las palabras salen atropelladas, y solo consiguen ponerme más nerviosa.

Listo. Ya fue... Olvídenla.

—¡Nada mejor que usarlas para tapar ventanas y evitar las vergüenzas de la vecina! ¡Ja, ja, ja! ¡Bien pensado, Hades! ¡Eres un genio!

Porfavor... ¡Agárrenme que la mato!

—¡Y... y... —Veo a mi hurón de reojo, que se ha acercado a mis pies, y me mira con mucha, mucha, pena ajena— ¡Y qué bonitos ojos tienes!

Ya mátenme.

¡Y que no deje crías!

Escucho carcajadas en el interior de mi departamento, y sé que son ellos riéndose de mí.

Qué vergüenza.

¿Apoco sientes?

—Y, y, yo...

Escucho el deslizar de una ventana y es Hades, quien deja entreabrir sus cortinas un poco más.

—Basta. —No es necesario que grite para escucharlo, su voz es profunda y ronca, y parece trascender en el aire.

—¡Lo-lo siento, Hades! ¡Yo solo... me alegro de verte de nuevo! ¡Qué pequeño es el mundo, ¿no?!

—Sí —Seco y frío, como solo él podría responder.

—¡Sí!... ¡tú, ahí, y yo, aquí! Hasta parecemos un cliché... uno no tan bueno...

Silencio incómodo.

¡Vendo palomitas, compre, y llévese el combo: #PasandopenaconAly!

Rogellio se restriega entre mis piernas, inquiriendo si le puedo comprar el combo.

HADES | Dioses latentes #1 (PAUSADA POR CORRECIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora