Diviso a mi hermano afuera del gran portón de su casa. Me estaciono justo frente a él y en seguida abre la puerta del copiloto para que Nick salga al igual que yo.
Mi amiga sigue tan molesta con él, que ni siquiera le agradece, lo pasa de largo para adentrarse en la propiedad.
—No quiero que vuelvas acercarte a mi esposa, ¿entendido? —me empuja al instante en que pongo un pie en la acera.
—Ella me llamó y me pidió que la trajera —declaro con el ceño fruncido mientras guardo la compostura; la conciencia me pesa.
Brandon me apunta con el dedo.
—Si la tocaste, juro que te vas arrepentir.
—A mí no me amenaces, cabrón —aparto su mano con fuerza—. Mejor enfócate en cumplir con tus deberes maritales.
Me fulmina con la mirada.
—¿Qué estás tratando de insinuar? —da un paso al frente haciendo que me ponga en alerta, pues en cualquier instante podría soltarme un golpe.
—Tu esposa necesita más atención, Brandon —intento razonar con él para evitar un escándalo, a pesar de que su actitud me exaspera—. Ella sigue siendo una mujer. Necesita más que solo ramos de flores bonitos para…
Tensa la mandíbula soltando el primer golpe, el cual evado tan rápido como puedo; iba directo a mi cara.
—No te pases de listo, Maximiliano —gruñe atrapando el cuello de mi camisa—. ¿Qué sucedió entre ustedes?
—No pasó nada porque vengo descargado —miento para evitar un conflicto mayor entre ellos.
Mantiene el ceño fruncido, pero me suelta de mala gana.
—Y si estabas tan ocupado ¿por qué fuiste por ella?
—Porque yo se lo pedí —interviene Nichole al volver sin sus cosas; tiene el rostro pálido.
Brandon la examina con la mirada para luego volver a mí. No es tonto, sé que tiene dudas y razones de peso para no creernos.
—Ya déjalo en paz —Nick lo toma del brazo para que voltee hacia ella—, debe volver con su novia.
Mi hermano enarca una ceja asombrado mientras la palabra “novia” retumba en mi cabeza como una gigantesca batería musical.
—Makena le llamó por teléfono cuando estaba conduciendo hacia acá y no pudo atender por precaución.
—Entonces ¿ya andas con tu colega? —interroga mi hermano soltando mi camisa.
Paso una mano por mi cuello.
—Recién comenzamos —admito avergonzado. No llevo ni cuatro horas de noviazgo y ya ando cayendo en tentaciones.
—Es una chica linda —agrega Nichole aún agarrada de mi hermano. «Por lo visto la noticia y el susto le devolvieron la lucidez, pero no todo el equilibrio»—. Discúlpame por haber interrumpido tu velada.
Meneo la cabeza siguiéndole la corriente.
—No… no te preocupes, estoy seguro de que comprenderá —las palabras salen de mi boca, sin embargo cada una de ellas arde como si escupiera carbones al rojo vivo. Mentir no es mi estilo y engañar mucho menos.
Brandon esboza una sonrisa burlona.
—Espero que sí, porque el asalta cunas que encontró…
—Brandon, basta —Nick desaprueba su comentario al igual que yo.
—Pero es la verdad —argumenta mirándola a la cara—. Esa chica es una ovejita a comparación de semejante…
—¡Ey, ya párale! ¿no? —lo interrumpo antes de que diga la palabra prohibida—. Además tú pusiste el ejemplo.
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Una Pizca De Mak'x 📖
RomanceMakena O'donnell es una universitaria que está por concluir la carrera de gastronomía. Una chica semi-independiente que sueña con viajar a Francia D. para aprender de los mejores chef reposteros, para así lograr su meta más anhelada: abrir su propia...