Mantengo la mirada en el gran globo de papel estampado que hay como decoración en la habitación de mi chica. No puedo dejar de sonreír. El sexo en las mañanas siempre me ha parecido el mejor de los desayunos, y el que acabo de probar es toda una delicia.
Mi linda Makena abrió su paraíso para mí. Tal vez suene arrogante, pero estoy orgulloso de haber sido el primero en pisar tierras vírgenes. Cada centímetro de su cuerpo tiene mi aroma, mis huellas y toda mi admiración.
—¿En qué piensas? —me pregunta con voz dulce al mismo tiempo en que sigue con su dedo los músculos de mi abdomen, el cual contraigo cada cierto tiempo para que no deje de tocarme.
Beso su cabeza sin dejar de abrazarla.
—Pienso en el exquisito postre que probé. Ya me estás volviendo adicto, ¿sabes? —respondo y en lugar de besarme tira del vello de mi abdomen—. ¡Ouch! Nena, eso duele.
Me soba, pero sigue mirándome con curiosidad.
—¿Nunca te depilas?
—No, eso jamás. Todo lo que ves es cien por ciento natural —declaro orgulloso de mi masculinidad—. Así como estas preciosidades —gruño al tocar uno de sus pechos, pero al instante aparta mi mano para cubrirse con la sábana.
—No me andes manoseando, Maximiliano —me reprende.
—Pero estamos a solas. Regáñame cuando lo haga en vía pública o...
—Solo te pido un poco más de respeto por favor —sentencia con aquel tonito gruñón que la hace ver más cautivadora.
—Lo que usted diga, milady —prometo con la mano derecha levantada.
—No estoy bromeando, Maximiliano —se incorpora.
—Estoy hablando en serio, corazón. Si no quieres que te toque, no te toco —reitero poniendo atención a todos sus movimientos—. Pero cuando volvamos hacerlo ¿si puedo? —sonrío como un niño bueno.
—Sí —se pone sus braguitas con estampado de cupcake.
Mmm… ¿tendrá más ropa interior con diseños así?, me pregunto al ver lo tierna que es en el fondo.
—Max, deja de ver mi ropa interior —exige, sin embargo detecto una pizca de vergüenza en su voz.
Acerco despacio la mano con la sola intención de acomodar su prenda.
—¿Es normal que quede esta parte descubierta? —por curiosidad pregunto, pues nunca me he atrevido a indagar sobre el tema, pero en lugar de darme una explicación, recibo un fuerte manotazo—. ¡Auch! —quito la mano para sobarme—. ¡Eso dolió, Makena!
—¿Qué fue lo que te dije?
—Solo fue una pregunta. No tienes por qué ser tan agresiva —vuelvo a mi lugar.
Qué carácter.
—Es un bóxer de mujer —explica mientras abrocha su blusa—. ¿Nunca has visto uno?
—Sí los conozco, por eso preguntaba —desvío la mirada hacia la ventana para no incomodarla más. No comprendo por qué se pone así, si anoche se dejó tocar todito.
Escucho que suspira.
—Sí, Max, así es la prenda. No lo cubre todo.
—Va, gracias.
Nunca me había topado con una mujer así. He recibido bofetadas y una que otra palabrota cuando llego hacerlo en público, pero nunca en privado. Por lo general, cuando estoy a solas con alguna chiquita, me dejan tocar sin restricciones.
![](https://img.wattpad.com/cover/213204419-288-k834203.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Una Pizca De Mak'x 📖
Storie d'amoreMakena O'donnell es una universitaria que está por concluir la carrera de gastronomía. Una chica semi-independiente que sueña con viajar a Francia D. para aprender de los mejores chef reposteros, para así lograr su meta más anhelada: abrir su propia...