—¿Qué hacemos en tu casa, Maximiliano? —cuestiona mi novia en cuanto me estaciono frente a la residencia de mis padres. Fui un iluso al pensar que no la recordaría.
—¡Sorpresa, corazón! —me hago el loco y toco el claxon para anunciar nuestra llegada. Solo espero no demoren tanto en abrir, porque no tarda en recitar uno de sus sermones sobre lo formal que se está volviendo nuestro noviazgo por venir aquí.
—¿Estás de broma? Se supone que pasaríamos tiempo de calidad —comienza—. ¿Qué vamos hacer aquí?
Sonrío al ver su carita de pánico. Aún la traicionan los nervios.
—Cocinar, como pediste. Te prometí tiempo de calidad y eso es lo que tendrás —beso sus labios percatándome del rubor en sus mejillas—. Me encanta ver cómo te cohíbes.
El portón se abre dejando a la vista a mi padre, quien nos recibe con su seriedad habitual.
—Estaciónalo al fondo, tu hermano no tarda en llegar.
—¿Qué? —pregunto en voz baja pisando el acelerador con suavidad hasta llegar al frente del garaje.
—Max, ¿me trajiste a una reunión familiar? —Makena me saca de mis pensamientos.
Volteo a verla y me doy cuenta de que ahora tenemos la misma expresión.
—Nena, te juro que ni yo lo sabía —apago el motor—. Al parecer habrá más personas con las cuales socializar —intento sonar positivo, pero no me cree.
—Ay, te voy a…
El sonido de un claxon roba mi atención y miro por el espejo lateral; es el auto de mi hermano.
Creo que de ahora en adelante deberé acostumbrarme a las reuniones familiares.
Salgo del vehículo para abrirle la puerta a Makena, sin embargo ella sale antes. La mirada asesina que me lanza lo dice todo.
—No me mires así, preciosa. Te juro que solo íbamos a ser cuatro —me aproximo para tomar su lindo rostro entre mis manos—. Te prometo que pasaremos un fin de semana maravilloso —la beso y me corresponde.
No esperaba menos de ti, nos abrazamos.
—Hola, hermosa, ¿cómo estás? —escucho a lo lejos la voz de mi madre, quien no tarda en acercarse a nosotros también—. ¡Hola, Makena, que gusto verte de nuevo! ¿Cómo estás? —se enfoca en mi chica poniéndola todavía más nerviosa al saludarla de beso.
—Buenas tardes, señora Slora —saluda ella de igual manera—. Disculpe la falta de cortesía. No pude traer nada para ustedes porque…
—Ay, no te preocupes por eso, con tu presencia basta —la interrumpe mi madre antes de dirigirse a mí—. Hola, mi vida. Gracias por cumplir tu promesa —guiñe un ojo llamando la atención de Mak, quien aprieta con fuerza mi mano.
Mejor me voy olvidando de dormir con ella esta noche.
—Ven, Makena, te mostraré todo lo que compré para que cocinemos los tres juntos —mamá me echa más de cabeza mientras ingresamos a la casa—. Max, por favor, tráeme la bolsa de regalo que está en el comedor principal.
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Una Pizca De Mak'x 📖
RomanceMakena O'donnell es una universitaria que está por concluir la carrera de gastronomía. Una chica semi-independiente que sueña con viajar a Francia D. para aprender de los mejores chef reposteros, para así lograr su meta más anhelada: abrir su propia...