CAPITULO 16

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Estaba sentado tomando tranquilamente su café esperando a que su amigo llegara.

Los días cada vez se ponían más fríos y era agradable estar ahí.

Después de unos minutos Jeno entró y después de saludar a Jaemin se sentó frente a él.

- Jeno tengo problemas, voy a morir en menos de cuatro años.

Jeno lo miró sorprendido.

- ¡¿Qué?! Espera espera, no puedes decir eso de la nada y...

- Perdón, hola, ¿Cómo estás?

- Yo, Uh... bien y...

- Que bueno, me alegra, tengo problemas, voy a morir en cuatro años.

Jeno resopló sin poder creerlo.

- Pero qué... - Jeno lo miró, buscando alguna señal de broma en sus ojos, pero no había, Donghyuck era completamente sincero. - ¿Porqué dices eso?

Donghyuck le explicó toda la situación a Jeno, desde por que se convirtió en demonio hasta el por qué moriría en cuatro años.

- Es tan injusto - murmuró al final de su relato - ¿No hay otra manera?

Donghyuck agachó la mirada.

- No lo sé, tengo que buscar una, no quiero dejar a Mark de nuevo.

Jeno sonrió.

- Ahora que tienes una razón para vivir, la encontrarás.

Donghyuck sonrió.

- No solo es Mark, también eres tú y Jaemin.

Jeno sonrió, su rostro reflejaba tristeza aunque sonreía.

- Encuéntrala Haechan, no quiero que mueras, te quiero en mi vida.

Haechan le sonrió, tomó su mano por encima de la mesa y le dió un apretón.

Jeno era como su mejor amigo, se sentía apoyado y consolado cuando estaba con él, sabía que Jeno era sincero al respecto y sí, él era una de las razones para encontrar una solución.

- Bueno, me iré, antes de que comencemos a llorar - Jeno rió

- Cuídate Haechan.

Antes de irse Jeno le dió un muy fuerte abrazo, realmente le ayudo a liberar un poco de la carga que tenía.

Les gustaba viajar en autobús a pesar de lo incómodo que resultaba tener el bastón.

Se sentía un poco nervioso cuando llegó a la academia, había bastantes personas ahí de todas las edades.

El inicio de curso siempre era incómodo y resultó mucho más debido a las miradas curiosas de los demás.

¡Vamos! Solo usaba un bastón, no tenía tres ojos o algo parecido.

Se comenzó a sentir un poco cohibido hasta que recordó a Mark diciéndole que lo amaba como fuera.

¡Qué se vayan al demonio los mirones!

Se sentó en una banca de atrás, acomodó su bastón y saco la libreta de su mochila, se sentía bien, de la manera que fuera había regresado a la escuela.

Estaba mandándole un mensaje a Mark cuando un chico se sentó a su lado, volteó a mirarlo y el chico le sonrió.

Era lindo, como un ángel.

El chico miró a las demás personas en el aula e hizo una mueca para después mirarlo nuevamente.

- Hola - sonrió - Soy Yangyang.

Okiru - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora