[14] Último adiós.

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Omnisciente

Luego de unas horas en las cuales tanto Ryan como Samantha sufrieron por la supuesta traición en manos del otro, un joven alto ingreso al despacho, en donde su jefe lo esperaba ansioso por lo que le diría.

—Señor. —dijo el joven entrando al amplio ambiente.

—¿Lo tienes? —dijo nada más verlo.

—Lo tenemos señor, ¿quiere verlo?

—No. Llévalo a informática para que lo decodifiquen.

—Como guste. ¿Qué desea que hagamos con la chica?

—A ella no la toquen, tengo planes que la incluyen así que por ahora no se metan en su camino.

—¿La vigilamos?

—¿Acaso me has escuchado decir lo contrario? —soltó levantando la voz.

—No, lo lamento señor.

—Aunque...—dijo esta vez más calmado. —mejor déjalo, no la vigilen. Llama a tus hombres, tengo mejores planes para ustedes.

Ya nada le importaba al desconocido con tal de acabar con todo lo que le quedaba a Ryan, con tal de verlo agonizar el tiempo de vida que le quedaba y que llorara lágrimas de sangre. Todo dejo de importarle cuando acabo con la vida de su único y verdadero amor:

Corinne.

Esa niña, como solía llamarla, se había convertido rápidamente en su luz, en un escape que no sabía que debía tener hasta el día en que la vio por primera vez. Ella lo mantenía cuerdo y con los pies en la tierra, su dulzura y amor fueron esenciales en la vida de él trayéndole una paz que creía perdida, que creía, nunca volvería a sentir.

Entonces... ¿Por qué la mato?

Durante el tiempo que estuvieron juntos, la joven no dejaba de mencionar lo grandioso que es su hermano, lo mucho que lo amaba y lo extrañaba.

Tal vez eso lo volvió loco.

Tal vez fue el hecho de saber que en el corazón de su pequeña había otro hombre lo estaba matando.

Tal vez fue por la conversación que tuvieron noches antes de matarla, en donde ella juraba que cuando creciera, ayudaría a su hermano a matar a los que asesinaron a sus padres.

O tal vez... fue todo junto.

...

Mes y medio ha pasado desde que Sam y Ryan se vieron.

Mes y medio ha pasado desde que el despiadado desconocido decidió mover su siguiente pieza.

Y mes y medio ha pasado desde la muerte de Carter, en donde el más afectado fue su pequeño hermano William.

Fue tanta la depresión que sufrió el pequeño que le encomendó a Ryan encargarse de todo lo funerario mientras el salía de su duelo, aislándose en una de las habitaciones del pent-house de su amigo.

Ryan no dudo en ayudar a su amigo, encargándose de los arreglos oportunos para darle su último adiós al mayor de los Gray, llenándolo de todo tipo de flores a la lápida donde ahora descansaba Carter, quien no había revelado toda la verdad sobre el paradero del USB.

Resulta que Carter no tenía el USB a la mano el día en que fue acorralado, y no planeaba dárselos así su vida dependiera de ello pues eso fue lo que se prometió así mismo el día que Ryan se lo entrego, al darse cuenta de lo valioso que era su contenido, pues lo decodifico para saber qué era lo que ocultaba, decidió guardarlo en el único lugar en donde casi nadie tiene acceso.

Lo que ocasiono que Carter diera un USB equivocado fue el darse cuenta de que su hermano estaba en el mismo edificio que él pues su plan inicial era no dar ninguno.

Unas horas antes del atentado en su edificio, Carter mando a su hermano por unos documentos en otra sede, lo que le tomo más de lo debido. Cuando regreso, Will pudo ver mucho humo salir de la parte interior del edificio, lo que ocasiono que los rociadores de incendios se activaran mojándolo y dificultando su paso hacia su hermano.

Al no saber que hacer y con un mal presentimiento, subió por las escaleras hasta el último piso, en donde encontró a Carter siendo brutalmente golpeado por dos hombres, uno era moreno y con demasiados músculos por todo el cuerpo y el otro era extremadamente alto y se notaba que era menor que él mismo.

Carter, en cuanto lo vio parado en la puerta, le rogo con la mirada que no entrara, que huya lo más antes posible, pero su hermano lo entendió todo al revés, Will vio en su hermano un grito de auxilio, un pedido de ayuda, es por eso que no lo pensó mucho y se unió a los matones en un intento de ayudar a su hermano.

Eran dos contra uno, pues Carter no contaba como ayuda al pelear, así que ambos sujetos aprovecharon la diferencia para golpear lo máximo posible a Will, quien iba a sufrir el mismo destino de su hermano de no ser por la rápida intervención de Carter, quien logro levantarse y arremeter contra uno, logrando ganar algo de tiempo que fue usado para gritarle a su hermano que se fuera, que se largara del lugar así sea para pedir ayuda.

Tristemente Will no se fue, él se escondió unos pisos abajo pues no quería abandonar a su hermano. Cuando los mercenarios creyeron tener lo que se les fue pedido y se marcharon, Will salió en su búsqueda, logrando salir de su escondite y seguirlos unas cuadras del lugar, para cuando regreso por su hermano y vio a Ryan en el vestíbulo, toda su confusión fue reemplazada por un enfado exagerado hacia el hombre que tenía enfrente.













El silencio de mi alma [Alma #0.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora