[19] Doble secuestro.

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Samantha

—Algo está mal. —susurre para mí misma.

—¿Dijiste algo, Sam? —pregunto Smith, un compañero.

—No...

—Pobre chica, se volvió loca. —rio Carson, otro compañero y el bromista del grupo.

—Par de idiotas, ¿no tienen otra cosa que hacer? —pregunte sacando mi celular del chaleco que tenía puesto.

Estamos los tres en una camioneta negra blindada, detrás de nosotros venían dos camionetas más con refuerzos.

Logre convencer a Ian de traerlos.

—No. —respondió Carson encogiéndose de hombros.

—Aún faltan dos horas para llegar Sam, relájate. —me lanzo una mirada Smith.

—¿Qué? —alce mi mirada. —¿Qué dijiste?

—¿Qué te relajes? —negué. —¿Qué faltan dos horas para llegar?

—Llegaremos en cinco minutos. —afirme.

—No Sammy, —hablo Carson. —faltan dos horas...

—Miren, —les enseñe la dirección que me mando Ian. —aquí dice la dirección —baje el teléfono. —y según mi ubicación... —los mire. —ya llegamos.

—¿Entonces hacia a donde nos vamos? —pregunto Carson.

Todos nos miramos detenidamente sintiendo como la camioneta seguía avanzando, de pronto se escuchó una gran explosión que hizo que volteáramos hacia la luna posterior, de ahí pudimos ver como una de las camionetas había explotado.

—¡Emboscada! —gritamos los tres al mismo tiempo.

Smith empezó a tocar el vidrio que nos separaba del conductor, pero no le hacía caso. Carson y yo estábamos preparando las pistolas.

—Sácanos de aquí. —repetía sin parar Smith golpeando la luna.

—¡Esta no es una maldita broma! —grito Carson. —¡Sácanos de la carretera ahora!

Voltee al sentir una segunda explosión, esta vez más cerca de nosotros.

Unos autos también blindados se acercaron a cada lado de la camioneta en donde estábamos, del techo una especie de metralleta nos apuntó para luego disparar.

—La camioneta es blindada. —oí decir a Carson un tanto esperanzado.

—Pero no aguantara mucho. —respondí tratando de pensar en que hacer.

¡Mierda!

Uno de los carros que nos atacaban desacelero la velocidad y se posiciono detrás del otro, quedando ambos del lado derecho mientras nosotros de lado izquierdo de la carretera.

—Es nuestra oportunidad. —hablo Smith mirando hacia ambos vehículos. —Debemos saltar. Sam abre la puerta y salta.

Iba hacer lo que me pidió, pero un fuerte choque hizo que nos viniéramos de lado.

Los autos trataban de voltearnos.

—¡Hijos de perra! —grito Carson, tratábamos de colocarnos bien el cinturón.

Al tenerlo ya puesto, volví a sentir el choque, lo sentí durante unas tres veces más hasta que lograron su cometido y el auto dio vueltas con nosotros a dentro.

—Chicos... —tosí. —Carson, Smith. —intente llamarlos, pero mi voz fallaba.

Todos estábamos de cabeza, el auto había dado muchas vueltas antes de acabar así.

El silencio de mi alma [Alma #0.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora