❦Capítulo 41 • Cláusula

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Sophie empuja la puerta, y asoma la cabeza dentro de mi habitación, —Linda, ¿estás lista?

—¡Ya casi!— me apresuro al cuarto de baño en busca de mi cepillo de dientes y mi bolsa de maquillajes, luego meto todo en la pesada maleta rosa que ya cargo en los hombros.

Es viernes, y ya es costumbre que los fines de semana nos quedemos en casa de los hermanos Jones, al igual que Liam y Leah. Escuchamos música, sacamos juegos de mesa, bebidas, y hacemos de las nuestras solo nosotros seis. Ricky de vigilante, pero a él nunca lo contamos, es como mi sombra, que todos sabemos que está, pero no hace ninguna diferencia. Nunca se lo he dicho, sin embargo, secretamente le he cogido mucho cariño. Cuando deje de necesitar su protección lo voy a extrañar, es el único guardaespaldas que nunca se separa de mí.

Como siempre, miro a mi mesita de noche, y a mi cama tendida, analizando si se me olvida algo. Aunque intente convencerme de lo contrario, hoy no es un viernes cualquiera, porque "mi dueño," ya no está a mas de once horas de vuelo, y por esa razón me desperté nerviosa, me siento el estómago duro como una piedra, sobre todo por la tragedia que estuvo a punto de ocurrir anoche.

Me gustaría mandarlo a la mierda y no darle importancia, pero sí me preocupan sus amenazas, Lucas es peligroso. Muy pocas veces he sido testigo, pero lo he visto transformarse, y no es bonito, de hecho es aterradora la frialdad e insensibilidad con la que actúa, «Y aún sabiéndolo, lo único que te impidió dormir abrazada a él toda la noche, fue que María tocara a la puerta, estabas derretida en sus brazos.»

No sé qué maldiciones me pasa, antes de que Lucas llegara lo tenía todo claro, solo hace un día me sentía segura de cómo iba a actuar si un día lo volvía a tener en frente, pero he hecho todo lo contrario, empezando con que casi me desmayo cuando lo vi frente a mi, literalmente, se me aflojaron las piernas. No sé si por el miedo, porque a pesar del tiempo, soy consciente de que he hecho fielmente todo lo que me prohibió hacer antes de irse, o por su simple presencia airosa de "ahora llegué yo."

Ya lo tengo todo listo. Me detengo en medio de la habitación, y miro a mi hermana con la cabeza hecha un lío, no sé si inventarme una excusa para evitar conflictos, «¿Y si Lucas se aparece por casa de los hermanos? No se atrevería, ¿o sí?» otro pensamiento me roba la respiración, «¿Y si me va a buscar y me encuentra durmiendo en la cama de Marcos?»

Sophie me abre los ojos, no despega la boca, pero la entiendo, quiere saber qué hago paralizada frente a mi cama, con la maleta, y las manos llenas de cosas.

«¿Qué me pasa? ¿Qué quiero hacer?» me atrapo el labio inferior entre los dientes, y miro en dirección a mi hermana, pero solo noto su rostro borroso, porque mi cabeza es un reguero que no tengo idea cómo organizar, «¿Le digo la verdad a Lucas e intento recuperarlo ahora que volvió? ¿Eso es lo que quiero?» tomo una bocanada de aire, «No, eso no es lo que quiero. ¡Que se vuelva a Barcelona con su vida y su novia perfecta!» a él lo único que le fastidia es que se enteró que yo estaba con Marcos, y vino a joder, si no, ¿a qué iba a venir aquí?

Sophie resopla y empuja la puerta, con el haza de su maleta exprimiéndole un pecho a causa de todo lo que lleva para solo dos días. Me toma de la mano, y salimos a la carrera hasta las escaleras, —Si se te queda algo yo te lo presto.

Asiento a pesar de que no me ve, porque me lleva a rastras escaleras abajo. Atravesamos la casa hasta la oficina de mi padre, siempre nos despedimos de él y dejamos que nos lea la cartilla. A casa de los hermanos solo vamos con Ricky, porque nuestro padre confía en las habilidades de Ryan y Marcos para protegernos, y por alguna razón mi guardaespaldas nunca le ha contado que muchas veces las cosas se han salido de control, quizás Ricky entiende que somos jóvenes, y sinceramente han sido pocas las veces que Susi me ha puesto en peligro, incluso no me queda claro que quiera lastimarme físicamente, por alguna razón me quiere sana, o al menos eso escuché a Ricky hablando con mi padre la última vez que nos atacaron.

Exclusivamente Tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora