❦Capítulo 37 •Mi Última Nota

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NOTA IMPORTANTE DE LA AUTORA
Este capítulo tiene contenido de suicidio que podría herir tu sensibilidad, si eres una persona susceptible pasa al próximo, por favor.
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Mi última nota:

     Sería una hipocresía de mi parte decirles que no sufran por mi culpa, que siempre voy a estar con ustedes, celebrando sus victorias y consolándolos en sus derrotas, porque no voy a estar. Lo siento mucho. Ojalá un día encuentren en su corazón perdonarme, porque yo no voy a seguir, no soy tan fuerte como Susi pensaba.

     Siento que soy otra persona, no siento nada. Estoy vacía, no me importa, y ni siquiera esta carta importa. ¿Porque qué sentido tienen las cosas cuando no estás? Y siento que no estoy, el viento no me toca, no me importa nada, me duele tanto que no puedo respirar, y al mismo tiempo no me duele nada, solo necesito que los pensamientos se callen, que la Linda de mi cabeza vuelva a meterse en un agujero en silencio, que deje de torturarme. Tengo miedo de vivir y de morirme, quiero lanzarme al vacío y sostenerme al mismo tiempo.

     Lo siento, lo siento, lo siento, por favor, perdónenme, pero me estoy ahogando. Quiero olvidarme hasta de mi nombre, pero no sé cómo hacer eso.

     Y para Susi, tú me hiciste esto, esta es tu culpa, porque tú me rompiste tanto que no sé cómo repararme. ¿Pero sabes qué? Lo único bueno de no sentir nada es que ya no te odio, y tu sabes lo que eso significa.

     Papá, lo siento mucho, descansa, te prometo que no había nada que pudieras hacer, así que tampoco te culpes, haz sido un buen padre. Tía, quiero que sepas que si no lo hice antes fue por ti, porque yo sé que siempre hemos sido nosotras dos, y sé el dolor que te voy a provocar. Sophie, eres una luz en la vida de todos nosotros, y espero que ni esto ni nada sea tan fuerte como para apagarla nunca. Lucas, tomaste lo poco que quedaba de mí, y te fuiste, púdrete por eso, que nuestros caminos nunca mas se crucen.

Los amo siempre, Linda.



     —Ricky, ¿dentro de una hora, puedes darle este sobre a mi papá?

     —Señorita, está lloviendo, ¿a dónde va a estas horas? No puede salir sola.

     —No te preocupes, solo voy a casa de Ryan,— le sonrío, me siento bien, estoy tranquila con mi decisión, —Si te hace sentir mejor, me puedes buscar en la mañana.

     —¿Ryan no está de viaje?

     —Voy a ver a Marcos, no a Ryan.

     Me subo en el jeep, pero cuando voy a salir, una duda viene a mi mente.

     —¡Ricky! ¿Cómo se llamaba el lago donde me encontraron cuando niña?

     Él baja las escaleras de la entrada, y me mira confundido, la lluvia le moja el traje negro con que siempre lo voy a recordar. Dicen que cuando mueres olvidas todo, hay momentos que nunca voy a olvidar, yo lo sé, como las tediosas gomitas de osito, o los ojos sin rostro de mis sueños.

     —Es que estoy escribiendo en un cuaderno todo lo que recuerdo de mi pasado, pero no recuerdo el nombre del lago.

     —¡Oh, por eso!— exclama con el gesto estático, —Lewisville.

Exclusivamente Tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora