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Kenma POV

Estaba acostado en mi cama con mis ojos entreabiertos, volteé mi cabeza y lo primero que vi era mi mesa de noche y encima de esta estaba mi celular.
Agarre mi celular y al instante en el que lo prendí vi todos los mensajes y llamadas perdidas que tenía de Kuroo, me sentía muy mal por tratarlo así, el no tiene la culpa de mi inseguridad eso es culpa mía pero aún así lo termine afectando.

Cuando me levante de mi cama me dirigí hacia el baño donde me arreglé, cuando salí del baño fui directo a la cocina ahí se encontraba mi mamá haciendo el desayuno.

-Buenos días mamá- Salude mientras me sentaba.
-Buenos días hijo. ¿Hoy tampoco piensas ir a la escuela?- Pregunto mi mamá viéndome a los ojos.
-No...aún no me siento del todo bien- Respondí.
-Ya veo...bueno ya me tengo que ir a trabajar, aquí está tú desayuno- Dijo mi mamá sirviéndome mi desayuno.
-Gracias, te veo en la tarde- Después de despedirme mi mamá salió de la casa.

Después de que mi mamá saliera de la casa me fui a sentar al sillón, prendí la tele y busqué algo interesante para ver, lamentablemente no encontré nada. Apague la tele y agarre mi celular, tenia nuevas notificaciones la mayoría eran mensajes de Kuroo, suspire y metí mi celular en el bolsillo de mi sudadera que traía puesta.

Quería despejarme un poco así que agarre las llaves de la casa y salí a la calle.

Después de que cerré la puerta empecé a caminar, al principio me iba a dirigir al parque pero en eso vi un arcade por lo cual no lo pensé dos veces y entre.
Una vez ahí empecé a jugar para así despejar mi mente, sin haberme dado cuenta ya habían pasado 3 horas desde que entré al arcade, me asomé por una ventana del arcade y vi que todos los estudiantes empezaban a salir, cuando vi la hora en mi celular ya eran las 4:00 pm la hora en que acababan las clases, salí lo más rápido posible de ahí ya que a esa hora todos vienen a jugar y me irrita ver a tanta gente.

Ahora me dirigía al parque, mientras caminaba no podía evitar ver la hora no quería que mi mamá supiera que salí , al ver que mi mamá aún no salía del trabajo seguí caminando.
Cuando llegue al parque lo primero que vi era un puesto de helados, revisé mis bolsillos para ver si tenía el dinero suficiente para comprar uno, cuando comprobé que si tenía el dinero suficiente me acerqué al puesto y pedí un helado de vainilla.

Todo iba muy bien, estaba muy tranquilo hasta que vi a tres chicos acercarse a mi.
No sabía que hacer ni cómo reaccionar, lo primero que hice fue dejar caer mi helado y empezar a correr, los tres chicos solo seguían mi ritmo hasta que uno de ellos me agarró de la muñeca y me jaloneo llevándome hasta un callejón.

Aquí es donde desearía tener a Kuroo conmigo.

Pequeña MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora