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El tiempo pasó demasiado rápido para Kenma, de un día a otro ya era Domingo, hubieron demasiadas veces en las que pensó en afrontar sus problemas y seguir adelante, y tal vez hubiese acabado con todos sus pensamientos suicidas de no ser porque el mismo ya no aguantaba seguir en ese mundo.

Hace mucho que toda su seguridad se había ido, cuando conoció a Kuroo pensó que su mundo iba a cambiar completamente, pero no fue así, a pesar de que Kuroo siempre lo defendía y lo protegía Kenma seguía siendo una víctima de maltrato por parte de sus compañeros de escuela y una que otra vez de algún extraño que se le cruzaba por la calle.

Kenma ya no soportaba vivir de la ansiedad y el estrés, el solo quería irse de ahí y jamás volver.
Le dolía ver a Hinata tan decaído por su culpa pero ya no había vuelta atrás.

Era de noche, faltaban algunas horas para que un nuevo día comenzara, para que el Lunes llegara y Kenma estaba nervioso, no podía dormir solo pensaba en que dentro de unas horas el ya no estaría en ese mundo.

¿Lo extrañarían? ¿Llorarían por el? ¿A alguien le importará?

Kenma se hacía todo tipo de preguntas en su cabeza pero esas preguntas serían resueltas dentro de unas horas más, cuando Kenma se haya ido del mundo.

Pequeña MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora