¿Un día normal?

822 72 3
                                    

-Venga, vámonos. -susurra la pelirroja con diversión mientras se escabulle junto a su chica.

-Wendy, van a preguntar por nosotras. -respondió la castaña insegura y nerviosa.

-Vamos Mabel, se acaban de comer como tres toneladas de pizza y están viendo una película. Aunque se dieran cuenta, no podrían mover un dedo. -dijo la pelirroja con diversión para luego robarle un beso a la chica en frente de ella- Venga, no hay de qué preocuparse.

La castaña suspiró mientras negaba. Alzó la mirada y sus ojos se cruzaron los los de la chica en frente de ella, se encontraron con esos ojos esmeralda, ése verde intenso que tanto le fascinaba y la hacía perderse.
La castaña suspiró nuevamente rendida.

-Está bien, vamos. -dijo la castaña con desgano.

La pelirroja sonrió satisfactoriamente para luego tomarle de la mano y comenzar a guiarla hacia afuera de la casa.
La castaña quizo preguntar a dónde irían, pero la pelirroja no se lo permitió. En cambio, sólo le hizo señas de que escalarían la montaña.
Sin más que decir, la castaña resignada, comenzó a escalar detrás de la pelirroja.

-Wendy, ¿a dónde vamos? Estoy cansada. -dijo la castaña con desgano.

-Es una sorpresa Mabs, pero está bien. -dijo la pelirroja mientras se detenía y bajaba un poco hasta quedar al lado de la castaña- Sube.

-¿Qué? -soltó la castaña sin entender muy bien lo que le pedía su novia- ¿Quieres que suba a tu espalda?

-Claro, qué mas jaja. -respondió la pelirroja con diversión- No quiero que te esfuerces tanto.

-Pero tú esforzarías el doble.

-Sí, pero tú no tienes condición, y yo sí. -explicó la pelirroja con tranquilidad- Para mí, esto es como caminar en la calle, cargarte implicaría que me esfuerce un poco más, pero no será lo mismo que si tú me cargaras o algo por el estilo.

La castaña miró a la pelirroja que le sonreía. Suspiró y se pegó a su espalda.

-Asegúrate de agarrarte bien. -dijo la pelirroja con diversión- Me gusta sentirte en mi espalda.

La castaña abrió los ojos avergonzada y observó como sus pechos estaban totalmente pegados a la espalda de la pemirroja. Ruborizada y algo enojada, abrazó a la pelirroja de la cintura dándole así, la señal para que ella pudiera seguir subiendo.

La pelirroja mantenía el paso seguro y constante, haciendo que la castaña detrás se preguntara qué tanta condición tenía su chica si podía cargarla como si no fuera nada.
Entre vistas hacia abajo, disfrutar el aroma que desprendía la pelirroja, y agarrarse bien, la castaña sintió como la chica se detenía.

-¿Llegamos? -cuestionó la menor con curiosidad.

-Sí. -respondió simple la pelirroja- Venga, bájate. Sé que te gusto, pero ya habrá tiempo para estar así de pegadas.

La castaña sonrojada se pasó al lado de la pelirroja con cuidado.

-Yo sigo viendo la montaña. -dijo la castaña con confusión.

-Es un poco más arriba. Venga.

La castaña siguió con precausión de no caerse, y cuando miró hacia arriba, su chica ya no estaba.

-¿Wendy? ¿Donde...

Y ahí la vió, racargada en un barandal mientras le sonreía. Había un espacio amplio que daba vista al resto del bosque que estaba ahí. Era hermoso.

Y entonces su mirada se detuvo del recorrido en lo más perfecto del lugar: una pelirroja despeinada por el aire, que tenía pecas, ojos color esmeralda, y una sonrisa que le fascinaba.
Se acercó a ella con una sonrisa igual. Le acomodó el pelo detrás de la oreja para luego acariciar su fino rostro mayor al de ella. Se acercó. Estaba a centímetros de sus labios curvos cuando miró esos ojos esmeralda casi cerrados. La besó. La besó y en ése momento supo que ésa pelirroja, sería el amor de su vida.

Quizás, Sólo Quizás ( WendyxMabel )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora