No significa nada

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El desayuno.
La comida más importante del día.
¿Qué hacía totalmente regada por el suelo? Bueno, tal vez Grenda tendría la respuesta.

-¿Qué carajo? ¿Qué pasó aquí? ¡Hace dos minutos estaba en el sartén! -dijo la pelirroja entre divertida y confundida.

-¡Es que Candy me asusutó! -exclamó Grenda en su defensa mientras señalaba a la azabache desarreglada y somnolienta a su lado que se tallaba un ojo.

-¡Jajajaja! ¿Es en serio? -dijo la pelirroja entre risas mientras se acercaba a la azabache adormilada- ¿Cómo es posible que una persona se vea así de mal por la mañana?

-No es mi culpa. Cierta chica pelirroja me entretuvo anoche ocasionando que me durmiera tarde. -dijo la azabache con una sonrisa divertida mientras miraba a la mayor en frente.

-Jajaja, yo sólo tomé un vaso de agua y tú apareciste. -dijo la pelirroja con diversión mientras comenzaba a acomodar el pelo desarreglado de la azabache con delicadeza- Lo que haya pasado después fué culpa de ambas.

-Supongo que sí... -dijo la azabache con un ligero sonrojo mientras conectaba sus ojos con los de la mayor.

-¿De qué me perdí? Anoche todavía parecían perros y gatos. -cuestionó la castaña confundida pero alegre.

-Se podria decir que solucionamos las diferencias. -dijo la pelirroja con una sonrisa separándose de la azabache.

-Eso es bueno. Los presentes tendremos menos problemas gracias a eso. -dijo el castaño entrando a la habitación siendo seguido por el albino aún chorreando algo de agua.

-Jaja, supongo que sí. -respondió una animada Wendy.

-¿Qué vamos a desayunar? -preguntó la azabache al aire mientras miraba a la pelirroja.

-No sé, ustedes decidan, les recuerdo que ustedes lo pagan. -dijo la pelirroja con diversión al recordar tener comida gratis.

-Ah, claro. Ya sabía que no todo podía ser color de rosas. -dijo el castaño en forma de queja.

-Bueno, quizás no todo, pero hay pequeños detalles por los que vale la pena intentar. -dijo el albino mientras le dedicaba una sonrisa segura y alegre al de menor estatura, quien al escuchar eso, le fue imposible no verlo de otro modo y sonrojarse.

-Dejémonos de rollos, tengo hambre, pediré una Pizza. Y no preguntaré el por qué de que ustedes dos estén empapados. -dijo Grenda mientras sacaba su celular.

-Me parece bien. -dijo la castaña con una sonrisa.

La pizza llegó 45 minutos después. Claro que para ese entonces los presentes ya estaban cambiados.

Desayunaron en paz. Al terminar, optaron por jugar un poco, pero claro que como la mayoría de las cosas en ése lugar tenía que pasar algo inesperado.

-Bien, Dipper, ¿qué probabilidad hay de que beses a la persona más atractiva en este cuarto? Tendrán los ojos vendados, sólo sabrán a quién besaste tú, ésa persona, y por supuesto, yo. -dijo la castaña con una sonrisa pícara. Claro que en ése momento no le pasó por la mente que quizás a su hermano aún le gustaba ésa hermosa pelirroja.

-¿Segura? No significará nada, ¿verdad? -cuestionó el castaño con desconfianza ocasionando que la gemela moviera su cabeza de un extremo a otro dándole a entender su respuesta negativa- Bien...

-Uno...

-Dos...

-¡Uno! -dijeron al unísono para después comenzar a reír, uno por preocupación y la otra por burla.

-Venga chicos, pónganse las vendas. -dijo Mabel con entusiasmo mientras veía como los demás se ponían las vendas con diversión.

El castaño suspiró.
Observó a cada uno de los presentes y entonces, su mirada se detuvo. Miró ésa piel pálida, ése cabello blanco, ésas pecas rosadas, ésos labios húmedos.

No.

Dirigió su mirada hacia la pelirroja y la observó. De verdad era hermosa.
Se acerco lentamente hacia ella, y cuando su rostro estaba enfrente de ella, miró a la castaña, su hermana. En su rostro se dibujaba una expresión de preocupación.

Volvió a suspirar, y se separó.
Miró una vez más a los presentes y nuevamente, su mirada se detuvo en ésos labios rosados y mojados.
Tomó valor de donde no había y se acercó. No significaba nada, ¿no? Se supone que sólo cumplía el reto, ¿no? Estaba claro que no había sentimientos de por medio, ¿no?

El castaño se detuvo a centímetros del rostro pálido y pecoso del albino. Sus respiraciones se entrelazaban. El albino sintió la presencia del castaño y entreabrió un poco los labios dándole así a entender, que podía entrar.
Cerró los ojos con fuerza y se acercó aún más. Entonces, sucedió. Los labios del castaño estaban posados suavemente sobre los del albino. A los segundos, por inercia movió un poco su labio inferior ocasionando algo de sorpresa en el albino, ya que se supone que sólo sería un toque de ambos labios y ya. El albino correspondió con un tanto más de profundidad.

Se movían. Se sincronizaban. Se besaban.

El castaño se separó lentamente aún con la respiración algo agitada y obteniendo una mirada de emoción por parte de la castaña.
El albino cerró por completo sus labios y reguló su respiración.

-Ya pueden quitarse la venda. -dijo la castaña emocionada aún sin creer lo que había visto.

-¿Quién fué? -preguntó Grenda emocionada al sacarse la venda.

-No sé, pero yo no fuí. -dijo la pelirroja con una sonrisa.

-Yo tampoco. -dijo el albino mientras doblaba su venda con una seriedad que casi el mismo castaño le cree.

-Pues a mí tampoco. -dijo la azabache divertida.

-¡Oh, vamos! -exclamó Grenda indignada- ¡Esto no es justo!

-Se supone que por eso se pusieron las vendas. -dijo la castaña divertida.

-Qué ansias y curiosidad. -dijo la pelirroja con diversión mientras se acercaba a la castaña.

-Sí, pero yo sí ví, y estuvo intenso jajaja. -dijo la castaña divertida ocasionando que su gemelo se sonrojara.

-Me habría gustado verlo, suena interesante. -dijo el albino con una sonrisa divertida mientras miraba insinunte al castaño.

-Bueno, yo prefiero experimentarlo. -dijo la pelirroja para luego besar apresuradamente a la castaña.

-¡No se coman aquí! -exclamó Grenda para después tomar un cojín del sofá y lanzarlo justo a las caras de las chicas.

-Jajaja, qué mala. -dijo con diversión la castaña- Ya verás.

-Igual, lo podré continuar más tarde. ¿No es asi amor? -cuestionó la pelirroja con una sonrisa pícara.

-A-Ah, s-sí, claro... -salió apenas de la castaña quien estaba más roja que el tomate de la pizza.

Todos los presentes soltaron una risa por la reacción de la castaña ante el coqueteo de la mayor.

Decidieron ir a la alberca. Después de todo, ya estaba el sol y definitivamente no estaría a la misma temperatura de cuando los chicos se metieron ahí.

Se cambiaron.

Las chicas llevaban un bikini, dejando a la vista por parte de Mabel y Candy un abdomen plano, por parte de la pelirroja un abdomen plano y algo marcado y por parte de Grenda, un abdomen al que seguro le hacía falta una buena tandada de ejercicio.

Los chicos salieron. Ambos llevaban short. El castaño dejaba a la vista sus piernas bien formadas y un tanto belludas junto con un abdomen no marcado, pero sí delgado. Por parte del albino dejaba a la vista un cuerpo bien formado con un abdomen bastante marcado y unas piernas lampiñas bastante torneadas.
El castaño le miró y no pudo evitar ruborizarse.
No lo entendía, a él le gustaba Wendy...

¿No?

Quizás, Sólo Quizás ( WendyxMabel )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora