Te quiero a mi lado

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Era una tarde algo desanimada para cierta pelirroja que iba caminando por las calles de Gravity Falls de regreso a su casa después de haber dejado las cosas de su chica en la Cabaña.
Ella le quería, y le amaba, pero si así era, ¿por qué no se esforzó más por conservar la relación entre ella y su castaña favorita? Quién sabe, pero aunque ella aún se sentía culpable, era verdad que ésa pelirroja había hecho todo a su alcance.
Llegó a su casa, por ahora, sólo habitada por un castaño y ella.

-Llegué Dipper. -dijo la pelirroja con desgano abriendo la puerta para poder pasar.

-¡Qué bien! -dijo el castaño alegre- ¡Horneé galletas!

-¿Horneaste galletas, y sigues vivo? -dijo la pelirroja con diversión- vaya, hoy lloverán diamantes jajaja.

-Ja-Ja, qué risa. -dijo el castaño con sarcasmo mientras fulminaba a la pelirroja en frente de él que no paraba de reírse- Como sea, se me quemaron algunas.

-¡Ja! ¡Lo sabía! -dijo la pelirroja con una sonrisa y el ceño fruncido mientras apuntaba al chico- Era imposible que pudieras cocinar algo perfecto.

-Vaya, y yo que lo hice para levantarte el ánimo. -dijo el chico de brazos cruzados.

-Jaja, lo siento Dippy, -dijo la pelirroja con una sonrisa acercándose al chico- pero te agradezco el gesto, de todos mis amigos eres el único que ha estado para mí todo este tiempo. Gracias. -finalizó la chica para abrazar al chico tiernamente.

-N-No te preocupes, para eso estoy. -dijo el chico sonrojado correspondiendo el abrazo.

-¡Bueno, veamos qué tan bien quedaron ésas galletas! -dijo la pelirroja con entusiasmo para después tomar la bandeja en la que estaban situadas las galletas y ponerla en la mesa.

-Bien, espero y te gusten. -dijo el castaño tomando asiento en la mesa en frente de la chica- y dime, ¿qué tal te fué en la cabaña? Quería acompañarte porque hace tiempo que no veo a mis tíos, pero quería hacer esto.

-Bueno, pues pasaron algunas cosas. -dijo la pelirroja algo nerviosa desviando la mirada.

-¿Algunas cosas?

-Sí... Bueno, me encontré con Mabel, al parecer se le ocurrió ir a visitarlos el mismo día que yo fuí a dejar las cosas.

-¿Qué? ¿En serio? A ver, y qué pasó.

-Bueno, llegué en un momento demasiado tenso, tú debiste estar ahí para ella. -dijo la chica recordando lo sucedido.

-A qué te refieres, ¿por qué lo dices? -dijo el castaño entre confundido y preocupado.

-Cuando llegué, Mabel les estaba confesando su orientación sexual a sus tíos.

-¿¡Qué!? ¿Cómo reaccionaron?

-El viejo Stan, sólo se sorprendió pero no le molestó la noticia, o al menos eso supongo por su actitud aunque no lo ví cuando pasó.

-¿Y Ford?

-Cuando Stan me dejó entrar, él fué a hacer unas compras, así que yo entré, y cuando lo hice Ford estaba muy alterado y al borde de un colapso de ira, levantó la mano furioso para abofetear a Mabel, pero yo lo detuve, casi no lo logro por la rapidez e intensidad en que sucedió todo, pero milagrosamente lo hice.

-¡No puedo creerlo! Es nuestro tío, pero no tiene autoridad ni derecho a levantarnos la mano. -dijo el castaño furioso.

-A juzgar por la apariencia de Mabel, ya había sido abofeteada por Ford antes de que yo llegara. Le detuve el brazo y luego le solté el agarre, hablé con él, y pareció entrar un poco en razón y luego se fué.

-Y quedaron tú y Mabel solas.

-Exacto, pero no pasó mucho, parecía que me quería decir algo pero no se animaba del todo. Ví que las cosas ya estaban un poco más relajadas así que me fuí. Pero cuando recién había llegado, lo que ocasionó que Ford quisiera abofetearla, fué que ella dijo que estaba enamorada de mí, y que me amaba. -dijo la pelirroja desviando la mirada y algo sonrojada.

-Wooow, entonces aún te quiere.

-Sí, pero al parecer no piensa tener nada conmigo.

-Jaja, creo que eso era obvio.

-Cállate, cuando menos sé que me ama y no a ese palo con cabeza de nieve.

-Jajaja, qué cruel.

Ding dong~

-Alguien toca, yo voy. -dijo la pelirroja levantándose de la mesa.

-Como gustes, por lo mientras voy al baño.

El chico se adentró en la casa y la pelirroja abrió la puerta.

-H-Hola -salió de cierta castaña súper nerviosa y más roja que un jitomate.

-¿Mabel? ¿Qué haces aquí? -cuestionó la pelirroja confundida.

-B-Bueno... este... son para tí. -dijo la castaña mostrando un ramo de rosas.

-¿Para mí? Gracias, pero ¿por qué? -dijo la pelirroja sonrojada saliendo por completo de su casa para después tomar el ramo de rosas en sus manos.

-Yo... Escucha, me enamoré, me enamoré de tí y sinceramente ya no sé qué hacer. Sé que lo que pasó no fué tu culpa, ahora ya lo sé, y quiero que sepas que lo siento, que lo siento muchísimo, que fuí una estúpida y una idiota cuando no te creí, porque se supone que si eras mi novia, tú tenías prioridad, por lo que debí creerte, pero no, le creí a los demás.

-Yo... Mabel, sufrí mucho por tí... -dijo la pelirroja con la mirada en el suelo- no quiero que vuelva a pasar...

-No pasará, te lo prometo. Tú eres mi todo... no quiero perderte... ahora lo sé. Estoy enamorada de tí y tan así es que tú misma viste que se lo confesé a mis tíos... a mi familia... aunque no fué fácil y sufrí, estoy dispuesta a soportar todo eso y más por tí. Voy en serio contigo, por eso se lo dije a mi familia, no eres una más, eres la última, sin importar que me digas no o sí.

La pelirroja no podía creerlo, ¿de verdad estaba pasando esto? La quería, la amaba y quería estar con ella, la pelirroja no lo pensó dos veces y se acercó a la castaña para tomarla por la nuca y besarla, haciendo que ésta se pusiera de puntas para poder estar un poco más a la estatura de la mayor.
El beso era lento y cuidadoso, se extrañaban, y la forma en que sus labios se movían lo  demostraba.
Se separaron por falta de aire y aún un poco agitada, la pelirroja tomó la mano de la castaña quien estaba sumamente sonrojada para decir:

-Te quiero a mi lado. -dijo la pelirroja agachándose y recargando su cabeza en el hombro de la castaña aún en frente.

-¿Para siempre?

-Para siempre.

Quizás, Sólo Quizás ( WendyxMabel )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora