La culpa la tienes tú

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Una pelirroja estaba esperando a su ahora cita sentada debajo de la fortuna. La chica se estaba demorando un poco.
Pero era bueno, le daba tiempo para pensar.

-Wendy!-exclamó una hermosa castaña a lo lejos.

Wendy al verla no pudo evitar pensar en el porqué de tanta belleza. La chica llegó.

-Hey, Mabs, viniste -dijo la pelirroja

-Jaja sí, lamento la demora -se diculpó la castaña-, me entretuvieron en la despedida.

-No te preocupes, no esperé mucho. Sé que ya lo dije, pero aún así tengo una duda al respecto.

-Y qué es si se puede saber.-dijo una Mabel sentándose al lado de ella

-Estás hermosa, pero lo que no entiendo es, ¿Por qué?, digo, Usualmente las chicas no son tan bonitas como tú, Mabs.-Dijo una pelirroja sonriéndole a la castaña

-A-ah... um... no sé -Dijo una Mabel sonrojada a más no poder-. Pero no creo que sea tan así jaja.

-Jaja, claro que sí, pero bueno, ya que llegaste, ¿te parece si comenzamos a ver los puestos y a pasar el rato?

-Claro.

Dios, dios, dios. Qué hermosa se veía.
Con su pelo y sus ojos. y su sonrisa, ésa sonrisa que hacía que trajera a sus pies a la pelirroja. Iban caminando hacia la montaña rusa para subirse pero Wendy no dejaba de mirarla. De verdad le gustaba, pero vamos, era Mabel Pines, ella le gustaba a medio mundo y apesar de eso, no se fijaba en nadie de ése medio mundo, aparte de que probablemente no le gustaran las chicas. No tenía oportunidad, pero aún así quería intentarlo, porque sabía que nadie la podría amar como lo hacía ella.

-Entonces Mabs, sigues sin nadie que te llame la atención?-preguntó una Wendy algo nerviosa

-A-ah... bueno, supongo que ya hay alguien -dijo Mabel un tanto nerviosa porque de quien ella hablaba, iba a su lado.

-Oh.. ya veo -Dijo un tanto triste, ya que recordó que la pequeña iba con dos acompañantes y uno de ellos era su pretendiente.

-¿Y tú? -preguntó Mabel curiosa y esperanzada- ¿no hay nadie que te interese?

-La verdad sí -confesó la pelirroja-, pero el problema es que es una chica, y aunque es menor que yo, eso no importa, lo que importa es que probablemente a ella no le gusten las chicas. Digo, ella es jodidamente bella, y tiene más de un pretendiente. No se fijaría en mí.

En ése punto ya se habían subido a la montaña rusa. La vista era hermosa.

-Es... es en serio? -preguntó Mabel algo triste, ya que la descripción de la increíble chica no concordaba con ella.

-Sí...-contestó la pelirroja con el corazón en la boca.

-Ya veo...-dijo Mabel triste- me alegra que tengas a alguien así de espectacular. Creo que deberías confesárselo, mírate, eres perfecta, dudo que te rechaze, muchos darían todo por estar en su lugar.

-Agh! ¿¡Mabel, no lo entiendes!?-exclamó la pelirroja desesperada- Me gustas tú Mabel Pines! Me gustas cuando sonríes y te ríes de todo, me gustas cuando me miras con ésa carita tierna, me gustas cuando te quedas pensativa, me gustas cuando me miras con ésos ojos que tanto me encantan Mabel. Me gustas, me gustas tú y es sólo tu culpa por ser tan jodidamente hermosa.-soltó la pelirroja.

Mabel estaba más sonrojada que nunca en la vida, ¿era en serio? ¿Ella le gustaba a la pelirroja?, dios, parecía un sueño hecho realidad.

-Entiendo bien que sólo me ves como tu amiga... -dijo una cabizbaja Wendy- y que quizás no soy lo que buscas, pero no te preocupes por mí. Tú puedes ser feliz con el chico que te gusta. Estoy segura de que no te rechazara.

-Y si quizás quien me gusta es una chica alta, pelirroja y con pecas? -preguntó Mabel sonrojada

-P-pues estoy segura que si se lo dices, tampoco te va a rechazar -dijo una Wendy un poco sonrojada.

-Bien.

Mabel se acercó bastante a la pelirroja y la tomó suavemente por la nuca. La pelirroja estaba nerviosa, ¿de verdad la besaría?. Mabel comenzó a acercar su rostro al de ella, y cuando ya estaban tan cerca una de la otra que sus respiraciones se cruzaban, Mabel dijo en un susurro lo suficiente alto como para que escuchara la pelirroja:

-Me gustas, me gustas Wendy Corduroy, y quizás, sólo quizás, lo nuestro podría funcionar.

Y al decir éstas palabras terminó de cortar el espacio que quedaba entre ellas posando sus labios sobre los de ella. La pelirroja se encontraba besando lenta y tiernamente los labios de la castaña, no había sensación mejor que ésa en todo el mundo. Y lo sabía. Ahora estaba segura. Ésa castaña era la chica con la que quería pasar el resto de sus días.
"Quizás, sólo quizás", eh?, Bueno, ella se aseguraría de sí funcionara.
Ella era la chica de sus sueños

Quizás, Sólo Quizás ( WendyxMabel )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora