Capítulo 25. Entrenando a Lev.

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|Parte 1|.

—¡UN GATO!- grite cuando vi a Lev entrar con el minino en brazos.

— Llegas tarde, como siempre.- lo regaño Kuroo.

—Pero mira que lindo gatito.- dije acercándome y jugando con el.

—Al parecer _____ San es más de gatos.- se burlo Yaku.— señor me gustan más los perros.

— Puedo hacer una excepción por ella.

Me encontraba centada con el gato en las piernas al lado del entrenador Nekomata viendo a los chicos entrenar.

— Por lo menos ya no le tiene miedo al balón. - murmure.

—¿cuando me vas a hacer caso?- habla el capitán en el descanso que tomamos.—Ya deja al pobre gato.

—no.- digo molesta.— Ve con los chicos, el entrenador les quiere decir algo.

Nunca creí que Lev iba a pasar a ser titular tan rápido, Kenma lo iba a entrenar a partir de ahora para que en el campamento de concentraciones pudiera Lev adaptarse al equipo.
Mientras nos preparábamos para las preliminares, las cuales me ponian nerviosa.
Pero si ganábamos iba a ser todo mejor y me podría concentrar en mis propios asuntos.

....

—¡Hasta yo puedo golpear eso!- le grite a lev cuando lo vi fallar drasticamente.

...

—¡____!- me grito Kuroo cuando pase por el 8 Eleven.—¿A donde vas?

— Voy a dejar unos libros a la biblioteca municipal.

—Alguien con futuro.- río Yaku.—Claro,  a diferencia tuya Kuroo.

—¿De que hablaban?- pregunte antes de ser jalada por Kuroo y que me sentara en sus piernas.—No creo que esto sea adecuado de ver.- le susurre pero él solo se río.
Ese estúpido gato.

—De que Yaku san no tiene derecho de andar diciendo Chibi chan cuando él es igual de enano.- dijo Lev antes de ser golpeado.
Se lo tenía merecido,  nadie se podía burlar de  la estatura de Yaku, era una ley no escrita.

—Yo tampoco puedo salir de ese nivel. - miro a Kenma jugar.— me parece que los de Karasuno también lo están jugando pero no son muy buenos.

—¿Como lo sabes?- habló kuroo.

—Eh hablado con mis secuestradores.- agrego riendo.

—¿Qué usted que ____ san?- grita Lev antes de que Yaku le cuente toda la historia.
Simplemente era agradable hablar con ese par de tontos.

— Lo siento chicos. - digo luchando con las manos de Kuroo que impedían estar lejos de él.— pero tengo muchas que hacer.

—¡NO VAYAS!

—tengo que ir.- gruñó.

—Te voy a extrañar.

—No seas dramático. - le regaño.— Pero me puedes acompañar.

La amiga de Kenma. (Kuroo y tu) |En edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora