Capítulo 2

9.1K 616 131
                                    

En una de las cosas que siempre he intento tomarme mi tiempo, es en el baño. Ese momento de relajación donde todo tu cuerpo se deja despejar, es increíble. Y por eso mismo sin darme cuenta termine tardando más de la cuenta, sin recordar que Tadeo iba a estar esperándome, así que de manera apresurada había terminado saliendo de las duchas.

Sin embargo, al instante en que salí por esas puertas, un cuerpo masculino chocó con el mío. Quise detenerme a tiempo, pero me fue imposible. Sus manos terminaron tomando mi cintura, y la incomodad, se hizo presente.

Con nerviosismo, dije con voz temblorosa:

—Lo lamento, se me fue el tiempo.

Su agarre se apretó mientras decía con voz divertida:

—No te preocupes, hubiera esperado.

Mire hacia arriba con una sonrisa incomoda, mientras decía con voz avergonzada:

—Lo sé, pero no era mi intención haber tardado tanto.

—Bueno, pues ahora estas aquí, así que no pasa nada.

De alguna manera que seguía sin entender, termine cerca de su rostro y sus labios se iban aproximándose más a mí, y me surgió el pánico al recordar a mi hija. Tenía que ir a buscarla.

— ¿Es demasiado tarde? A las siete tengo que buscar a Sofía.

Al notar mi lejanía, fue que se alejó.

—No, aún hay tiempo de sobra para que vayas a buscarla.

No creía eso, pero no lo contradije, solo me limite a dirigirme a la salida con él detrás de mí.

— ¿Sabes? Estas muy cambiada.

Sonreí mientras miraba hacia atrás.

—Espero que para mejor.

Sonrió.

—Sin ninguna duda.

Sino pensara que mi cuñado no guardaba ningún sentimiento raro, hasta llegaba a pensar que estaba...

Sacudí la cabeza para no pensar en nada extraño.

—Sí, y más con un año sin vernos. Creo que eso hace que la diferencia sea más notoria, ¿no te parece?

—No lo creo, a mi hermano lo veo igual de horrible.

Me carcajeé.

—No es feo.

Y era verdad, al menos para mí no lo era. Al contrario de Liam, mi cuñado era muy popular entre las mujeres. Cada una estaba dispuesta a todo con tal de un poco de su atención. Y aunque realmente era atractivo, de una forma escandalosa, no me llamaba la atención.

Lo consideraba normal.

—Tu opinión no cuenta, querida cuñada.

Lo observe ofendida. ¿Qué sucedía con él? ¿Dónde había quedado ese gruñón?

— ¿Entonces de quién? ¿Tuya?

Sonrió malicioso.

—Así es. Al contrario de él, yo si soy guapo.

Negando mientras reía, llegue a mi auto.

—Claro...—ignoro mi sarcasmo para después decir:

—Me encanta que estés de acuerdo conmigo.

No entendía ese comportamiento tan extraño, y tampoco hice ninguna pregunta al respecto.

—Bueno...—dije dando media vuelta para despedirme, y fue en ese momento que me di cuenta de lo cerca que se encontraba. Demasiado cerca. Tragando saliva, continué—: Eh...muchas gracias por todo, y ahora si me disculpas, me retiro.

Moralmente Incorrecto(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora