Capítulo 24

3.7K 356 123
                                    

LIAM


—Haré que me pagues por está humillación—susurré a una habitación oscura y destrozada.

Aún cuándo había roto cada cosa que se encontraba en la sala de mi casa, aún podía sentir la ira en mi cuerpo. Todo por culpa de la conversación qué había tenido con esa estúpida.

《 ¿Amarte, Liam? ¿En serio crees que lo seguiría haciendo? ¿Después de todo lo qué me hiciste?—dio un paso adelante mientras me miraba a los ojos, y sonreía despectivamente mientras mi ira se incrementaba con su desdén —. Ya no estoy ciega, Liam, ahora veo lo que realmente pasa. Ése “amor", simplemente era mi terquedad para decirme que había algo por lo que luchar. Pero no había nada, sólo suciedad. 》

Mi mano se apretó en la botella de cerveza.

—Lo pagarás, Delyla—sonreí con sed de venganza mientras tomaba un sorbo y miraba las mil posibilidades de hacer sufrir a la zorra de mi esposa.

Aún no podía creerlo. La muy puta me había engañado con mi hermano. Con mi jodido hermano.

Sólo de imaginar la sonrisa de victoria de Tadeo, hizo que tirará con fuerza la botella a la pared.

Sobre todo cuando recordaba una escena de hace muchos años.

《—Aléjate de ella si no la amas, Liam—me interceptó mi hermano cuándo estaba por salir para ir a mi primera cita con Delyla.

—No pienso hacerlo. Es bastante sexy—mi sonrisa maliciosa apareció —. Además, le gusto.

—Pero no la quieres en serio. Así que no veo la necesidad de está farsa.

Sonreí a Tadeo.

—¿Quién dice que no la quiero?—con la vista del pálido rostro de mi hermano menor, pasé por su lado mientras golpeaba su hombro.

Tadeo me creía estúpido.

Sabía porque deseaba que me alejará de Delyla, pero no pensaba dejar qué me quitará a mi peón de mis manos.

No cuándo veía cuanto le dolía a Tadeo.

Y si Delyla me otorgaba ese placer, qué así sea. 》

Aún cuando miré los trozos de vidrios esparcidos por el lugar, sólo podía ver imágenes de mi hermano con mi esposa.

Grité de ira.

Justo cuándo me preparaba para golpear la pared, la puerta principal se abrió.

—¿Qué mierda estás haciendo aquí?—espete cuando observe el rostro de Reyna.

—Estaba preocupada—contestó mientras guardaba la llave en su bolso—, Cómo no contestabas, decidí venir a verte.

La miré con coraje.

—¿Y no se te ocurrió pensar que no quería hablar con nadie?

Reyna tragó saliva.

Moralmente Incorrecto(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora