Capítulo 3

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-Sí, sigues de esa manera ni siquiera la más experimentada de aquí podrá alcanzarte.

El comentario de Jorge me hizo reír mientras le decía:

-No te burles de mí.

Se rio mientras me pasaba la toalla, y cuando lo estaba haciendo sentí su brazo tocar mi piel fría, haciendo que me estremeciera.

-Vaya, como te traigo loca.

Con una sonrisa, le dije:

-Sí, y más con tus rutinas.

Acaricio mi cabello mojado con ternura. Un momento después se fue para después irse con las otras que necesitaban de él.

Es un gran amigo, pensé sonriente cuando lo observé hacer su papel de instructor duro, cuando en realidad todas sabíamos que era demasiado manso con nosotras.

-Él tiene razón, hasta deberías entrar a una competencia. -La voz de Tadeo me hizo quedarme quieta para después girar mi rostro, y verlo parado detrás de mí.

Él sonreía como si nada del otro día hubiera pasado. Y me alegre mucho, ya que no deseaba sentirme extraña de nuevo.

Sobre todo, porque era mi cuñado, y eso no estaría bien.

Después de ese día feo con Liam, habían pasado seis días. Solo faltaban horas para que el regresara y no deseaba pensar en eso. Sentía que me iba a descomponer al ver su rostro sonriente y comprobar tal vez, lo que tanto he temido desde que se fue...

Así que para evitar pensamientos sombríos sobre mi matrimonio. Había decidido venir horas extras con Jorge y distraerme. Sin duda había funcionado, hasta ahora. Era prácticamente imposible, cuando estaba su hermano aquí, mirándome y sonriéndome.

Al ver que esperaba una respuesta, decidí contestarle:

-No soy así de buena.

Sonrió para después venir caminando hasta donde estaba, y sentarse a mi lado. Esa cercanía me hizo volver a sentirme nerviosa, lo cual no entendía del todo la razón, pero así era, y eso me hizo sentir sumamente ansiosa. Sobre todo, cuando recordaba nuestro último encuentro.

Todo se había sentido...intimo.

-Tengo la creencia de que te subestimas.

Sonreí.

-Seguro que le gano a todas, son lentas.

Sonrió

-Estoy seguro de ello.

Sabía que no iba a detenerse con alagarme, al menos eso parecía, así que negué con la cabeza mientras sonreía. De pronto sentí su toque en mi hombro, y fue cuando me di cuenta el estado en que estaba. La forma en que me había tapado nuevamente con la toalla, me hizo tragar saliva.

Lo observé muy cerca de mí, y son sonrisa disminuyo al verme.

-Gracias.

Tragó saliva.

-De nada. -Después de que dijo aquello, se hizo un silencio incómodo, el cual no sabía cómo quitarlo y parecía que tampoco sabía cómo hacerlo, hasta que un momento después, comentó en voz baja: -Escuche que Liam no están en la ciudad.

Y con eso mi humor se acabó.

-Si, dijo que estaría fuera de la ciudad-sus ojos se encontraron de nuevo con los míos al escuchar la tensión de mi afirmación-. En unas horas regresará.

- ¿Cuánto tiempo te dejo sola?

-Una semana.

No era algo común que Liam se fuera de esa manera tan abrupta, sin embargo, eso no lo dije. No me gustaba tener que quejarme de mi esposo con su hermano.

Moralmente Incorrecto(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora