Capitulo 1

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Diez años después... 


Nuevamente, lo observe sonriendo en el celular.

Era una rutina que tenía últimamente, y aunque confiaba en él con todo mi corazón, no podía negar lo evidente.

Me engañaba.

No era una mujer que buscaba cada señal para saber que me era infiel, pero esas sonrisas secretas mirando en el celular, al igual que la falta de caricias de su parte, me daban más que evidencias que me engañaba. En un momento pensé que era cansancio del largo trabajo que realizaba, pero ya estaba por cumplir un año que no me tocaba. Eso tenía que decir algo, ¿verdad?

Mi cuerpo lo necesitaba, y sabiendo las necesidades de él, imaginaba que también debía de necesitarme. Al menos en ese aspecto.

Aun así con toda la evidencia en su contra, trate de no desconfiar, ¿Por qué? Era un esposo ejemplar. No me gritaba, siempre se preocupaba de que, si enfermaba, él estaba ahí, y no decir que sobre ser un buen padre. Siempre estaba preguntando sobre nuestra hija Sofía.

Nuestra bendición de seis años, y una muy sonriente niña. Era la luz de mi vida, era mi razón de levantarme temprano y siempre estar pendiente en lo que necesitaba y deseaba, al principio de su crecimiento había sido un poco berrinchuda como cualquier niño, pero con el paso del tiempo me di cuenta que mi hija empezaba actuar de forma responsable y sin darse cuenta, mi hija se volvió una amiga.

Cosa extraña, pero siempre que tenía una pregunta sobre algo, mi hija siempre respondía con una sonrisa enorme, y me decía en voz cómplice:

—Todo lo puedes hacer, mami, yo sé que lo solucionaras.


Así que sí, me di fuerzas con las palabras de mi hija de que todo podía hacer, hasta volver a conquistar a mi marido, después de todo, la muralla china no se construyó sola, ¿verdad?

Entonces un plan fue hecho justo después del mes que sentí como mi marido se alejaba de mí. Ese día, me puse un hermoso vestido que sabía que le encantaba, sin embargo, ese día llegó tan tarde que cuando me di cuenta que había llegado a casa, él ya estaba durmiendo cómodamente a lado de nuestra cama.

Aun así no me rendí, en ese momento me dije que podía seducirlo como siempre lo había hecho en el pasado y además recordando las tantas veces que había dicho que le gustaría ser despertado de una manera ardiente.

Y bueno, lo puse en práctica.


El peor error de mi vida.


Él no solo me acuso de ser una molestia sino también de una mujer insaciable, ¿insaciable? ¿Cómo era eso posible si ni siquiera me había tocado en un mes?

Así que hice lo que me pidió, y no lo moleste más, al menos ese tiempo.


Una de las cosas que él se había enamorado de mí, era que jamás me daba por vencida en algo, yo sabía que nuestro matrimonio no estaba terminado. Al menos lo pensé hasta que observe su camisa con un olor femenino.

Pero no me deje llevar por eso, él trabajaba con mujeres y tal vez, solo tal vez, las saludaba y solo por eso estaba con su olor, eso no significaba que me estaba engañando, pero con todas y mis negativas sobre ese tema, las lágrimas salieron y empecé a preguntarme ¿en que falle?

Sí, me había descuidado un poco en mi cuerpo, pero él también, y no por eso lo engañaba. Lo amaba, ¿Por qué le haría eso?


Así que confiando en su fidelidad seguí intentando seducirlo varias veces en esos días, y todas y cada una, fui rechazada. Los pretextos iban hasta cansancio por el trabajo, a que tenía que levantarse temprano en la mañana, o mi favorita, le dolía la cabeza.

Me rendí, y solo observe su actitud.

Los meses fueron pasando lentamente y las risas secretas siguieron aumentando con el paso del tiempo. Las horas de pláticas se hicieron nulas, y por una razón, temía preguntar, y más aún, temía la respuesta.


Calle, y me resigne.

Un día sin nada que hacer en mi hogar, porque si, él me mantenía y no trabajaba por el mismo cometario que él me decía. Si tenemos dinero, ¿para qué trabajó? Era tantas las veces que él repetía esa oración, que mi mente ya sabía la respuesta por cada persona que preguntaba porque no trabajaba.

Moralmente Incorrecto(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora