El diario de Euphie

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Me senté en la cama, encendí la lamparilla de noche improvisada y comencé a leerlo. Estaba escrito con una caligrafía algo antigua, letra clara y curvada, y la tinta tenia una cierta tonalidad morada. Y además estaba en inglés, lo que por suerte no me suponía ningún problema, ya que mi padre había nacido en Londres y algunos parientes de mi madre eran de allí. Si no, no entendería nada. Soy una negada para los idiomas, el francés lo se porque soy de allí, y el español porque mi madre nació en España. A parte de esos tres, no he conseguido aprender ninguno más, por mucho que lo haya intentado.

Comienzo a leer:

" Mi nombre es Euphie Lovelance,y soy una cazadora de sombras.Tengo diez años,y actualmente resido en el Instituto de Madrid,aunque nací en Londres.

Hoy es mi ceremonia de iniciación,donde los hermanos silenciosos me pondrán por primera vez uno de esos dibujos tan raros que tienen los mayores en la piel y a los que llaman runas.Se supone que debería estar feliz, pero lo cierto es que estoy algo nerviosa.Dicen que la primera runa siempre es la peor,que sientes como te abrasa la piel.

Yo siempre he pensado que lo decían para meter miedo, pero ahora no sé qué pensar. Supongo que lo estarán exagerando, como siempre.

Bueno, te dejo.Papá acaba de llamar a la puerta para avisar de que va a comenzar. Ya te contaré."

Dejo de leer en cuanto bostezo por decimocuarta vez. El diario es largo, y lo cierto es que necesito dormir si mañana me quiero despertar a la hora a la que he programado el despertador. Me gusta mucho dormir. Ya preguntare que es eso de los hermanos silenciosos.

En cuanto suena la alarma del móvil, trato de incorporarme de la cama con desgana, pero lo único que consigo es caerme al suelo. ¡Ay! Bueno, el lado bueno es que ya estoy más despierta.

Me ducho con agua fría para despejarme un poco y me visto, guardo el diario en mi mochila, me cuelgo esta del hombro y bajo a desayunar, procurando esconder bien la llave debajo de mi blusa.

Por suerte, tengo buena memoria para recordar el camino desde mi habitación a la cocina, porque sino estaría perdida desde anoche. Y como me imaginaba, el horario de desayuno de mis tíos no ha cambiado: todos los días se desayuna a las 8:00, menos los domingos, que es a las 8:30.

Cuando me estoy acercando, la boca se me hace agua al oler los pasteles recién horneados de mi tía.

-¿...ar a Sophie? -Oigo preguntar a mi tía.

-Si, pero esta indispuesta.-Responde mi prima.

¿Indispuesta? Ja, que te has creído que te vas a salir con la tuya.

-Buenos días.-Saludo, sorprendiendo a todos.-No recuerdo que Charlotte me haya dicho nada, pero es verdad que no voy a desayunar.-Todos me miran raro.-Quería decir a mis tíos que voy a comprar unas cosas y que no volveré hasta después de comer.

Todos los que están en el comedor (osea, todos los ocupantes del instituto) me miran con asco. ¿Pero qué he echo?

-No puedes salir.-Dice mi prima con superioridad.-Sobre todo porque ninguno de nosotros iría contigo para abrir te la puerta a la vuelta.

-Pues dadme una llave.-Replico.

-No hay.-Dice James enfadado, mientras se unta una tostada.- Y no vas a salir, tienes que ayudar al cumpleaños de tu prima.

-No pienso ayudar a una fiesta a la que ni siquiera voy a ir. Y no podéis tenerme encerrada aquí para siempre.

Y dicho esto, salgo de la estancia, no sin haberme fijado en que era verdad lo que escribió la niña del diario: todos tienen dibujos extraños en la piel. ¿Se llamaban runas?

La caja metálica-(Cazadores de sombras) (LCM #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora