La caja metálica-(Cazadores de sombras) (LCM #1)

El lago perdido

La parte buena de esto era que teníamos una coordenadas que nos decían dónde buscar. La parte mala es que teníamos que hacerlo en el mundo de las hadas, y al parecer tratar demasiado con hadas no era nada bueno. Para ser exactos, y según Gabriel, Valadía era una excepción dentro de su especie. El resto debían ser muy engañosas y para nada buenas.

  Obviamente, para hacer esto necesitaríamos el permiso de mis tíos. Y del representante de las hadas en la Clave. Y eso no debía ser muy fácil que digamos.

-¡Han dicho que si!-Chilla Abril, tres días después de la fiesta y siendo ya de noche, en mi oído.

-¿Quién?-Inquiero con Gabriel pegando su oreja a mi móvil por el otro lado.-¿Y de qué estas hablando?

-¡La Clave!-Vuelve a chillar ella.-Sobre lo de ir a buscar ese espejo.

-¿Cómo? No es un tema que les interese.-Pregunta Gabriel.

-No lo sé, pero los tíos de Sophie y Eric parece que han sido muy convincentes.

-Entonces, ¿nos vemos pasado mañana?-Pregunto.

-Si, Valadía nos llevará a todos hasta allí.

  Y tras un par de palabras más cuelgo. Suspiro aliviada, tengo que admitir que no tenía demasiadas esperanzas de ir a conseguir ese permiso hasta que hubieran pasado unos meses. Pero me alegro de que haya llegado antes. Y como mis tíos ya nos han dado su permiso, no tenemos ningún problema para ir.

-¿No es genial?-Pregunta Gabriel dando saltitos nerviosos por la habitación.-Nunca había tenido dos misiones en tan poco tiempo. ¡Y menos que una de ellas haya tenido que ser pedida a la Clave! Mis hermanos no se lo van a creer.

-Jajaja, tienes razón. Yo casi ni me lo creo.-Y de golpe recuerdo algo.-¡No! Me he olvidado de inventar una excusa para mis padres.

  Él se ríe y yo lo fulmino con la mirada.

-Estarán más pendientes de Charlotte que de ti, no creo que tengas demasiado problema.-me tranquiliza él.-Además, siempre puedes decir que vas con adultos. Eso no falla.

-Ya, claro: "Mamá, papá, me voy a buscar un lago perdido al reino de las hadas. Pero tranquilos, voy con un hada, un mago, un hombre lobo, un nefilim y un vampiro mayores de edad. Además, también va otro nefilim y una mujer lobo."-Replico imitando voz de niña pequeña.

-Bueno, si yo fuera un padre mundano con un mínimo de sentido común, te dejaría ir sin llamar al psiquiátrico.

  Nos echamos a reír. Pero en algo tiene razón, diga lo que les diga me dejarán ir, al igual que en aquella ocasión que me salté un día entero de clases para ir con mi mejor amiga al centro comercial por su cumpleaños. Incluso me firmaron una autorización sin leerla.

-Está bien, voy a decírselo.-Digo resueltamente.

  Ambos nos levantamos de la cama y nos dirigimos a la biblioteca, donde mi prima e Inés interpretan algo parecido a una parodia de Hamlet (en estos momentos compadezco a Shakespeare allá donde esté, y a todos los que estén presenciando esto).

-Papá, mamá, ¿puedo irme algo así como una semana?-Pregunto como si fuera lo más normal del mundo no dar ni la explicación de a dónde voy.

-Por supuesto.-Dice mi padre en seguida sin despegar los ojos de la abominación.

-Claro hija, solo queremos lo mejor para ti.-Secunda mi madre.-Y ahora, ¿podrías apartarte de ahí? Me quitas vista del escenario.

  Y dicho esto, me doy la vuelta y salgo de allí. Siento un enorme dolor en el pecho, aunque ya debería estar acostumbrada. Siempre han sido así, pero es un asco. Lo odio.