Destino

78 9 0
                                    

-¿Y eso es todo?-Pregunta el señor Whitelands alzando una ceja inquisitiva.

-Si señor.-Contesta Aura algo nerviosa.

Nos encontramos en el Santuario del Instituto. Tal y como le prometí a Aura, habría una reunión para que ella pudiera relatar ante el Consejo todo lo que sabía del plan de Mountrasir. Al igual que la otra vez, Sam y Scorpio estaban de representantes de vampiros y magos; además, Rob se los había unido como representante de los hombres lobo. Además, Valadía, Abril, Victoria y Donatello también están aquí; y Kay se encuentra justo al lado de Aura. Desde que se reencontraron, él no la ha dejado ni una sola vez.

Lo cierto es que desde que ambos se encontraron está distinto. Ahora va más arreglado que antes: lleva unos pantalones de pana negros, una americana, una camiseta con el logo "Keep calm and love mad princesses", y unos zapatos verde bosque.

Tras regresar de nuestra pequeña aventura, mis tíos se pusieron como locos por no habérselo dicho. Aunque debo reconocer que el que supieran que Gabriel y Eric habían estado conmigo, y el que hubiera regresado con mis padres, había suavizado mucho en mi reprimenda. Tras eso, les presenté a Aura, y propuse acto seguido la reunión. Ellos aceptaron sin rechistar al comprender lo importante que era.

-¿Pretende que creamos que un ser (de dudosa existencia) pretende crear un conjuro para exterminar a las hadas, y que para ello necesita una muestra de sangre de todos los tipos de subterráneo, de un macho y una hembra mundanos y de un cazador de sombras, además de la presencia de un demonio mayor y una chica que nadie sabe quién es?-Suelta una sonora carcajada.

-No estoy mintiendo.-Replica ella enfadada.

-Oh, yo no digo que lo hagas.-El señor Whitelands se alisa el traje blanco.-Solo digo que, hasta que uno de los nuestros no vea a ese... tipo, no pienso centrarme en este estúpido asunto.

-Yo lo he visto.-Digo levantándome.-Puedo describírselo, si usted quiere.

-Me consta que no tiene ni una sola runa, así que...-Intenta esquivarme él, pero Gabriel se le adelanta.

-Hay algunos nefilims que tampoco las tienen.-Me defiende.

-Y me consta que le pusieron un iratze.-Lo secunda Eric, quien mira la escena recostado en su asiento y con los brazos cruzados.-Eso cuenta como que sí tiene una runa, aunque sea de las temporales.

Whitelands lo mira con desprecio y frunce los labios tratando de calmarse al darse cuenta que ambos tienen razón.

-Está bien.-Accede, y vuelvo a sentarme.-Pero espero, querida, que sepas cuál es el protocolo para estas situaciones.

-Sé cual es.-Asiente Aura.

-Perfecto, entonces.-Ríe él grotescamente.-Que levanten la mano aquellos, mayores de 18 años, que estén de acuerdo con que la petición de estas señorita sea llevada ante la Clave.

Espera, ¿qué? ¿Mayores de 18? Miro a Aura, que tiene la misma cara de sorpresa que yo, al igual que todos los que estamos en la sala. Por suerte, por el rabillo del ojo veo a mi tío levantar la mano, seguido al poco por mi tía, y Eric algo después. El resto no mueve ni un músculo.

-Tres entonces.-Cuenta el señor Whitelands entre dientes.-Está bien, será llevada ante la Clave.

Suspiro aliviada ante la noticia. Por lo rojo que se a puesto al decirlo, y por lo mucho que aprieta ahora la mandíbula, sé que no le hace ni pizca de gracia. Pero a mí me trae sin cuidado, lo importante es que Aura podrá contar lo que sabe ante personas más imparciales que seguro encontrarán que hacer. Y una vez sale él de la sala, todos nos abalanzamos sobre Aura para felicitarla por la victoria.

La caja metálica-(Cazadores de sombras) (LCM #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora