La zona del pantano

171 13 1
                                    

-¡Ten cuidado!-Chillo cuando mi tío trata de ensartar me por décima vez consecutiva con su espada.

  Estamos en la sala de entrenamiento, y estoy sudando a chorros. Nunca imaginé que en un entrenamiento llegase a hacer tanto calor, y no lo digo por que sea verano.

  Ya es casi la hora de comer y, como al parecer se me da bien lo de la espada, mi tío y Gabriel se han puesto de acuerdo para atacarme los dos a la vez con la excusa de que así mejoraría la defensa. Pero yo tengo la firme convicción de que lo hacen solo por divertirse a mi costa.

-Tienes que proteger el lateral izquierdo.-Repite Gabriel también por décima vez consecutiva.-Lo dejas demasiado fácil para atacar.

-Bueno, no es a ti a quien en su segundo día le atacan dos luchadores expertos.-Replico entre jadeos mientras paro una estocada de mi tío.-Además, que yo recuerde el entrenamiento había terminado hacia media hora.

-En eso tiene razón James.-Dice Gabriel colocando su espada sobre una mesa.-Y además, yo creo que ya le hemos hecho sufrir bastante.

-Está bien, tienes razón. Podéis iros.-Dice mi tío.-Pero recordad que ahora tenéis que arreglar os para la fiesta de Charlotte.

-Ya esto... no vamos.-Dice Gabriel rápidamente.

-¿Qué?-Mi tío nos mira extrañado.

-Qué no vamos a ir.-Repito.-Y antes de que digas nada, ¿recuerdas haber ido a alguno de mis cumpleaños?-Él baja la mirada.-No, ¿verdad? Es por eso que quiero que entiendas que ambos queramos celebrarlo. Con nuestros amigos. Y que no queramos ir a una fiesta de alguien que en cima nos trata mal.

  Él suspira, y nos mira algo contrariado, pero en seguida se recompone.

-Está bien, supongo que ambos sabéis lo que hacéis. Y además os entiendo, me pasaba algo parecido de joven.-Y me mira y me abraza.-Y no por nada eres mi sobrina favorita.

  Yo le devuelvo el abrazo y río ante sus últimas palabras, aunque no es que no lo supiera.

-Y en cuanto a ti.-Prosigue mi tío una vez nos separamos y apuntando divertido a mi amigo con el dedo.-Más te vale cuidarla bien.

-Tienes mi palabra.-Responde colocándose teatralmente la mano sobre el corazón.-No me separarán de ella mientras pueda evitarlo.

-En ese caso, ya me contareis que tal a la vuelta.-Sonríe mi tío satisfecho, y se va de la sala.

...

  Media hora más tarde, ambos ya estamos vestidos y bajamos las escaleras charlando alegremente mientras hacemos suposiciones acerca de cómo será la fiesta, puesto que ninguno de los dos ha estado en otra antes. O al menos, no en una organizada por subterráneos. No nos damos cuenta de que Inés bloquea la entrada hasta que casi estamos en cima suyo.

-¿A dónde crees que vais?-Dice con altanería.

-Eso no es de tu incumbencia.-Responde Gabriel apartándola con brusquedad.

  Pero justo cuando estoy a punto de salir, alguien me agarra del brazo y tira de mi tan fuerte que caigo al suelo, alejándome de la puerta.

-O no, tu no vas a ninguna parte.-Dice mi prima desde arriba, la persona que me ha tirado.-¿Y donde piensas ir con esa ropa? Porque desde luego no a mi cumpleaños.

  Yo miro mi ropa, la misma que llevé cuando fuimos a ver a Scorpio, y me enfurezco por el echo de que sepa tan poco de su mundo.

-No eres la más indicada para decir nada de mi ropa.-Digo poniéndome en pie y mirándola desafiante.-Y, por si no te lo han dejado claro el resto de años, te lo repetiré: no pienso ir a tu cumpleaños, ni hoy ni nunca. Y si no te importa, tengo cosas que hacer.

La caja metálica-(Cazadores de sombras) (LCM #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora