Prólogo (Editado)

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Como si se pudiera elegir el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en mitad del patio.

-Julio Cortázar.

☆☆☆

Desde que era una pequeña niña supe que era diferente. La tierra, el aire, el agua y el fuego me llaman al unísono. Ellos viven dentro de mi.

Sin embargo, las personas como yo son consideradas un peligro, porque controlamos los cuatro elementos juntos.

¿Estamos condenados a vivir como Elementales?

Estoy apunto de someterme a una prueba que no es mas que averiguar quien es un peligroso individuo que controla los elementos.

—¿Color favorito? —pregunta el hombre de cabello negro y ojos azules.

Doctor.

Elemento: Agua.

Debo usar lentes de contacto grises para que no notaran mis ojos azules, ya que eso delataría mi elemento agua. Mi cabello pelirrojo no es un problema, al ser el fuego mi elemento dominante, es normal verlo así.

Pero si eres fuego, tienes que ser pelirrojo de ojos grises. Al igual que agua, pelinegro de ojos azules.
De tierra, castaño de ojos verdes. De aire, rubio de ojos negros hazel o avellana. Los de aire son los únicos que su iris varía.

—Rojo —respondo.

Estas pruebas no sólo son de habilidad, también de personalidad y gustos. Cada elemento viene acompañado de una mente distinta, un comportamiento distinto.

Es psicología elemental.

—Muestrame lo que puedes hacer —dice, a la par que escribe cosas en su pequeña libreta.

Levanto mi mano y una llama de fuego se alza en la palma.

—¿Solo eso?

—No tengo control ni dominio sobre mi elemento. Soy la hija de una granjera.

Cabe señalar la mentira, siempre.

Asiente, como si ser hija de una mujer que trabaja en una granja fuera motivo suficiente para no saber sobre mi elemento.

El hombre se levanta de su silla y toma una aguja.

Aquí es donde me asusto terriblemente.

Mamá no mencionó nada de esto.

Ella no dijo nada sobre una muestra de sangre.

¡Seré descubierta en cuanto la aguja entre en mis venas!

—Analizaré tu sangre para ver el expediente familiar. Necesito verificar que toda tu familia sea del elemento fuego o la predominancia del mismo. No dolerá, lo prometo.

—¿No hay otra manera? —pregunto, alterandome notoriamente. Él me observa fijo.

—No. Ahora extiende tu brazo.

Lo miro seria.

Mi sangre azul va a delatarme.

¡Mi sangre divina logrará que me maten!

¡Mamá debió mencionar esto!

El hombre me mira y baja la jeringa. Sonríe, intentando parecer amigable, pero es en vano. Sólo veo sus ojos amenazadores.

—Preguntaré a mi superior si hay algún otro método.

Deja la jeringa y da la media vuelta. Camina hacia su escritorio y, con su dedo índice aprieta algo.

De inmediato, alarmas suenan y mi corazón se acelera.

—¿Que esta pasando? —pregunto, tratando de mantener la calma.

—Oh, nada. Es un mero formalismo para situaciones como estas.

—¿Qué situación supones que está ocurriendo? ¿No es excesivo para un paciente que no quiere sacarse sangre?

Y entonces, muchas personas entraron.

Comprendí que fui descubierta y solo tuve una opción.

Correr.

Con una fuerte ventisca derribo a los guardias y salgo corriendo por la puerta. Los doctores y personas se me quedan viendo, mientras las alarmas suenan más y más fuerte.

Fuera del hospital, solo sigo corriendo, consciente de que pueden atraparme en cualquier momento.

Estoy tan asustada que puedo sentir como mis habilidades se manifiestan a mi alrededor, creando muros y escudos de fuego y aire, mientras la tierra se destruye por donde yo camino. Lluvias han comenzando a caer, en forma de picos, dañando a las personas que vienen tras de mi.

Este corazón late acelerado.

Un desastre, eso es.

No paro de correr, hasta que una barrera invisible me detiene, frente al bosque.

Es el campo de fuerza.

¿Por que necesitabamos un campo de fuerza?

Porque somos peligrosos.

Porque los Elementales somos peligrosos.

¡¿Qué tan peligrosa puede ser una chica asustada?!

—Por favor, ayúdame —susurro, a nadie, golpeando la barrera, desesperada.

No quiero morir asesinada.

No quiero que se me culpe por nacer así.

Necesito ayuda.

Necesito mucha ayuda.

Rompe el campo, Anne.

Destruyelo.

Y busca a Gilbert.

Él te cuidará como su mayor tesoro.

☆☆☆

Aclaraciones:
-Ambientado en un mundo post-apocalíptico.
-Todo lo que aquí esté es completamente creado por mi.
-No se permiten copias o adaptaciones.

ᴇʟᴇᴍᴇɴᴛᴀʟ [1] (ᴀɴɴᴇ x ɢɪʟʙᴇʀᴛ)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora