Capítulo 2 (Editado)

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MENTOR.

Anne

Unas cuantas personas saludaban a Gilbert y me miraban con curiosidad mientras íbamos caminando. Cada uno de ellos eran de dos o tres elementos, según lo que podía ver.

—Me hubiera gustado que hubiera alguien de tu edad pasando por los mismos dolores de cabeza que tú, siendo elemental, pero como debió explicarte Marilla, tú eres la última que nació. Los nombres que la naturaleza le dio a Cassandra fueron variados. Ella ofreció dones a bastantes niños amados. Algunos destacaron más que otros.

—¿Solo algunos? —pregunto, inmersa en la situación y en el intento de comprender todo lo que pasa.

—Incluso entre los amados, hay mejores. Por ejemplo; Camila fue la segunda elemental y destruyó toda una Central Agua para salvar a unos niños tribus elementis. Theodore fue el sexto elemental y logró hacer una alianza con algunas hechiceras para poder mantener una barrera protectora. Ángel y Angela fueron los decimoterceros elementales, ellos descubrieron una forma de potenciar sus poderes dominantes. Samanta fue la vigésima sexta elemental y se camufló en una central Tierra para poder ser nombrada directora de esta, lo que hizo posible que muchos jóvenes dúo elementa pudieran escapar de clínicas experimentales. El ultimo elemental que se destacó, se llama Axel y se dedicó toda su juventud a buscar dúo elementa y tribus elementis. Él nos encontró a mi y a Diana cuando nos escapamos de las centrales.

Nombres de personas que ayudaron a Avonlea.

¿Será que puedo contribuir de alguna forma similar?

—Diana es tu hermana, ¿No? —pregunto. Aunque los presentaron con el mismo apellido, puede que sean, no se, ¿Primos?

Él ríe y asiente.

—Somos mellizos. Nuestra madre era una hechicera y nos heredó algunos pequeños poderes. Diana es una sanadora. Ella puede curar heridas tanto físicas como mentales.

Eso es hermoso.

Ella me gusta mucho.

—¿Y tú que poder tienes?

—Puedo leer la mente.

¿Qué?

—¿Leíste mi mente todo el tiempo? —pregunto, incrédula.

—No es como si la hubiera leído todo el tiempo. Solo fueron... Breves instantes. —Ríe y me guiña un ojo—. No invado la privacidad de las personas. Aunque sí,  escuché cuando pensaste que mi sonrisa era bonita. Por cierto, gracias. Tu sonrisa también es muy bonita.

Un ligero sonrojo inunda mis mejillas. Su actitud me causa molestia.

—De nada —murmuré mirando a otro lado.

Él hace una pequeña reverencia con su cabeza y sigue mostrándome el lugar. Me lleva a lo que creo es una sala de entrenamiento. Hay chico de cabello castaño y Diana en un combate de cuerpo a cuerpo.

¿Ella puede ser más perfecta? ¡Se ve hermosa con ese uniforme de combate!

Gilbert a mi lado rueda los ojos. —No te enamores mucho de mi hermana, me pones mal...

Alzo una ceja y suspiro. No me gusta este chico.

Apenas su hermana nota nuestra presencia, detiene el combate y nos saluda. Viene hasta nosotros con rapidez, acompañada del chico que me mira con curiosidad.

—¿Te sientes bien? ¿Necesitas que calme algún elemento furioso? —dice Diana, tocando con mimo mi cabeza.

Es cariñosa.

ᴇʟᴇᴍᴇɴᴛᴀʟ [1] (ᴀɴɴᴇ x ɢɪʟʙᴇʀᴛ)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora