ᴇʟᴇᴍᴇɴᴛᴀʟ [1] (ᴀɴɴᴇ x ɢɪʟʙᴇʀᴛ)

Capítulo 3 (Editado)

CEREMONIA.

Anne

No me esperaba esa reacción.

Realmente no me esperaba esa reacción.

Me preparé para que me despreciara, me mirara con miedo, tuviera terror de mí.

No para que sonriera y me abrazara.

Fue un consuelo que no pensé necesitar.

—Eso fue lo que pasó. Por esa razón estabas mal y decaída. Así fue. Esos fueron dos años en los que me desesperé por no saber que te había pasado para pensar en morir continuamente —susurró mientras acariciaba mi cabello con una ternura que jamás había sentido.

—¿No piensas en mí como un monstruo? Maté a mi hermana, Gilbert. No es la mejor forma de conocerme...

Sus brazos continúan apretándome y dándome consuelo. Mi corazón comienza a latir a su ritmo, mientras pienso en todo lo que sucedió.

—¿Quieres decirme que ocurrió?

Niego.

¿Contar algo así?

No es lindo.

No es bueno.

Me destroza si quiera recordar la exactitud de los detalles.

—No quiero. No es momento de hablar sobre esto.

Escucho un suspiro y lo observo. Su sonrisa es comprensiva.

—Está bien. Cuando estés lista. —Acaricia mi mejilla y puedo ver cómo sus mejillas se sonrojan—. Sé que para ti esto es nuevo, el tener a alguien en quien confiar. Lo sé perfectamente. No quiero apresurar nada, solo quiero que te sientas cómoda. Cuando sea el momento de decirme todo lo que aflige tu mente, ahí estaré. Ahora, vamos a tu cabaña. Ha sido demasiado caos para tu cabecita el día de hoy.

—Gracias.

Seguimos el recorrido y llegamos a las cabañas, que estaban bastante cercanas una de la otra.

Gilbert nos acerca a una en específico y toca la puerta. Diana abre, aún con el uniforme de entrenamiento. Se ve cansada y sudada.

Debió llegar a la cabaña mientras nosotros estábamos con Axel.

—Ya te estabas tardando, hermano. Creí que llegarían aquí antes que yo...

Las paredes eran blancas y todo a su alrededor también. Tenían diseños muy femeninos. Sillas con tallados de flores, una mesa para seis personas en la que habían dos floreros hermosos.

¿Es una cabaña solo de chicas?

—Bienvenida a tu nuevo hogar, Anne —habló Diana sonriendo al ver la admiración con la que yo observaba todo.

Bajaron por las escaleras las mismas chicas que estaban en el invernadero. Sus sonrisas se acentuaron cuando me vieron y de inmediato vinieron hasta mi.

Gilbert se recostó en el marco de la puerta, observándome con gracia.

—¡Nueva compañera! —dijeron al unísono.

Diana me tomo de la mano y me llevó hasta ella.

Aquí cualquiera me lleva para allá y para acá...

—¡Dormirá conmigo!

Jane soltó un bufido.

—¡Yo también estoy sola, Diana! !No es justo!

Empezaron una discusión entre las dos por quien dormiría conmigo conmigo mientras las otras dos chicas debatían quien era mejor opción para mi.

«Siempre son así, no te sorprendas»