PARTE UNO: Capítulo 1 (Editado)

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CUIDADOR

Anne

La caminata me cansó. No me he detenido a descansar, estoy demasiado adolorida. La ansiedad me carcome completamente. Ya es de noche y lo único que alumbra mi camino es la luna y la minúscula llama en la palma de mi mano.

Luego de que esa voz me hablara, el campo de fuerza se rompió explosivamente y salí lo más rápido posible. No me siguió nadie.

Abandonar una central es dejar ir toda seguridad.

En mi camino, la voz no dejó de hacerse presente.

¿Está de mi lado o quiere verme muerta?

Una de las extrañas frases que dijo, algo de un río de fuego.

No sé qué pueda significar.

¿Cómo puede existir un río de fuego? ¿No es algo imposible?

Cariño, estás en un mundo lleno de dones majestuosos, ¿Eso te parece imposible?

Ignoro la irritante voz de mi cabeza. Mientras más alejada estoy de la Central Fuego, más puedo sentir el olor a quemado. Un aroma molesto.

Aumento la llama de mi mano para tener una vista panorámica. Me asusta la posibilidad de que quizá haya una central cerca y les haya sido notificada mi desaparición.

Detengo mis pasos en seco. Mis ojos se cristalizan. Mi corazón está estupefacto.

El bosque está quemado.

Alguien lo incendió.

¿Fui yo en mi descontrol?

Sus arboles son negros y hay cenizas a su alrededor. Todo el paraje es catastrófico.

Recuerdos y más recuerdos inundan mi mente.

Un bosque similar.

Un caos idéntico.

Busco desesperada encontrar el mismo cuerpo que estuvo hace años atrás, pero mis ojos solo encuentran un río con una diminuta línea de lava que avanza. A su lado, todo carece de importancia.

Aquella lava es refulgente.

Brilla y atrapa.

Ese es el río de fuego.

La sigo, pero su color, su extraño brillo me envuelve.

Pronto estoy en el suelo. Siento el ardor de la lava en mi brazo, pues mi mano la ha tocado y sube por mis venas como parte de mi.

Mi corazón se acelera a un ritmo catastrófico.

Voces, sonidos, estruendos. Lágrimas bajan por mis mejillas.

Grito. Pido auxilio hasta que no me queda voz, pero nada parece funcionar.

—¡Detente!

Un dolor potente llega a la parte frontal de mi cabeza y grito con aún más fuerza.

¡Duele!

¡Duele muchísimo!

El ardor se extiende por mi cuerpo, podría jurar que el vez de sangre, es lava.

Me está quemando por dentro.

—¡Basta! ¡Cállate!

Peligrosa.

Siniestra.

¿Cómo puedes vivir de esta forma?

La mataste.

ᴇʟᴇᴍᴇɴᴛᴀʟ [1] (ᴀɴɴᴇ x ɢɪʟʙᴇʀᴛ)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora