Capítulo 20

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GAEL, EL TRAIDOR.

Anne

Camino despacio, lento, sin hacer ruido.

Miro a tras y suelto un suspiro.

Cuando vean que no estoy se van a poner como histéricas.

Llego hasta el escudo. Me agacho un poco, poniendo mi mano en el suelo. Un agujero se abre, justamente para que mi cuerpo caiga.

La barrera de Jerry no cubre bajo el suelo.

Miro arriba y sigo avanzando por debajo de la tierra que se abre paso gracias a mi poder. El agujero que había hecho se cierra encima de mi, como si nada hubiera pasado. Delante de mi se va haciendo un túnel.

Enciendo una llama de fuego en mi otra mano, porque se ve todo jodidamente oscuro. Continuo caminando por treinta minutos, cuando creo que ya estoy suficientemente lejos como para evadir la barrera, levanto mi mano derecha arriba y toco la tierra. Empieza a caer a mi lado, formando una pequeña escalerita para subir. Pongo un pie encima, recibiendo la luz de la luna en mi cabeza. Al mirar veo que efectivamente estoy fuera del campamento y su seguridad.

—Bien —susurro saliendo de la tierra para poder empezar a caminar por la extensión del bosque.

Mantengo la llama en mi mano encendida, pues no me basta la luz de la luna.

Me recuerda al día que caminé por aquí buscando al "criminal" Gilbert Blythe. Solo tenía una llamita como mi luz, una pista y un bosque quemado mostrándose delante de mi.

Avanzando un momento, volví a ver el mismo bosque quemado. Eso significa que estoy cerca de la central fuego. De donde escapé por que me descubrieron.

Según los libros, aquí se libró la Guerra Elemental.

Y eso no lo supe hasta que llegué al campamento.

Mi mirada encuentra el campo de fuerza que rodea la central fuego. Una silueta está ahí, como lo esperaba. Su mirada me reprueba al verme y sale del campo de fuerza.

—No me puedo creer que estés aquí y sola. ¿Es que acaso estás loca? —susurro llegando a mi lado.

—Loca, como nunca —respondo abrazándolo.

Gael corresponde mi abrazo.

—Recibí tu mensaje. ¿Quién te ayudó a hacer ese conjuro? No eres hechicera.

—Anila, ella me ayudó. Bueno, la obligué a ayudarme. También la obligué a dormir a las chicas —digo sintiéndome mal por un momento—. Y la obligué a dormir a todo el campamento.

Básicamente la obligué a hacer muchas cosas. Pero tenían a Annie. Si todo salía de acuerdo al plan, nadie mas que las chicas sabrían que me fui. Y rogaba que no dijeran nada.

—¿Y cual es tu plan? ¿Presentarte en la central aire y entregarte? Eso es demasiado obvio —murmura cruzándose de brazos.

Me parece que no le va a gustar mucho el plan.

—Esto... mira... Es muy gracioso... —comencé.

Él pareció entender de inmediato lo que quería decir.

—No. Me niego —dijo alejándose un paso de mi.

—¡Solo tienes que fingir ser un traidor! Vamos, me entregas y Karla comenzará a confiar en ti.

—¿Crees que confiará en mi? ¿En el hijo de la que era su mejor amiga, que por cierto la traicionó?

—Gael, al llegar allá, solo tienes que tratarme con odio y despotricar contra todo lo que soy. Si te mantienes así, Karla cederá y confiará en ti. Es parte del plan, te lo juro —supliqué uniendo mis manos.

ᴇʟᴇᴍᴇɴᴛᴀʟ [1] (ᴀɴɴᴇ x ɢɪʟʙᴇʀᴛ)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora