V

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Una semana después

Le resultaba extraño que su jefe de área le pidiera que entrevistara a un tal "Rodrigo Bates", un chef, que en teoría, era muy respetado en el mundo gastronómico.

Giselle ni siquiera sabía que el tipo era kanatita, y que viviera en Kanat'ma. Y al pedir que le dieran un resumen del profesional, se dirigió al hotel donde se llevaría a cabo la entrevista.

Estaba con muchos exámenes, es por eso que la jovencita no había tenido tiempo de investigar por su propia cuenta.

Al llegar a la habitación privada, donde se haría la entrevista, observó desconcertada al hombre allí parado.

—¿Sabías que soy un excelente chef, niña?

—No, pero me estoy dando cuenta que además de mentiroso, es un idiota. ¿Por qué montar toda esta farsa?

—No es ninguna farsa, Rodrigo Bates es mi seudónimo como chef.

—Comienzo a creer que está tan inconforme con su vida, con quién es, que tuvo que inventarse nuevas personalidades.

—No intentes analizarme, niña, no puedes entenderme —sonrió—. Entonces ¿Lista para probar algunos de los nuevos platos que saldrán en mi próximo recetario?

—Búsquese una catadora profesional, mi trabajo no es este —le dijo girándose para irse.

—Almuerza conmigo, entonces.

Giselle se detuvo al escuchar eso, dándole la espalda aún.

—Hace mucho tiempo que no tengo compañía.

La jovencita suspiró y luego se volteó.

—Está bien.

El rubio sonrió y la guió hasta la mesa, tomando la cartera de ella para que estuviera más cómoda.

—Señor Athana ¿No tiene amigos?

—No —le dijo sirviéndole.

—¿Por qué no?

—No quiero.

—Es extraño que no quiera amigos ¿Por qué?

—No confío en nadie.

—Mm, entiendo. ¿Y por qué no pareja?

—Me aburro muy rápido de las personas.

—Eso suena... Frío —le dijo seria.

—Recuerdo que dijiste que era frívolo, así que, no has descubierto nada que no supieras ya —sonrió dejando el plato en frente de ella.

—No creí que dentro de su círculo íntimo y afectivo, era igual.

—¿Tienes pareja? ¿Novio? ¿Shi-e'tu? —preguntó sirviéndole una copa de vino y otra de agua gasificada.

—Sí, tengo novio.

Él la miró, y sus pupilas se afilaron ligeramente.

—Con que a eso te referías a no ser virgen.

—Ya lo dije, no hablo de mi vida privada —pronunció cortando un trozo de carne.

***

Miró la pantalla del ordenador, con sus orejas tiradas hacia atrás, y su semblante molesto. Junto a su teclado, había una copa con licor de Eritma.

Así que era verdad, la chiquilla si tenía novio, y era un pendejo de su edad, que aspiraba a ser oficial.

El rubio observó al muchachito, tomó su copa, y dándole un sorbo giró en su asiento, mirando hacia arriba.

¿Cuánto duraban las relaciones en los adolescentes? ¿Qué tanto podrían quererse? Sólo eran adolescentes. Y como bien sabía, la principal causa de roptura, era por infidelidades.

Beraelt se terminó su trago, y luego se fue hacia su habitación personal, su especie de vivero, que tenía en su hogar, como todo habitante de Eritma fuera de sus tierras.

Miró las hierbas, los estantes con semillas, sus botellas con esencias, y... Si no le era infiel el mocoso, le sería infiel ella.

...

Hasta aquí por hoy ♥️

No me dejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora