—Semanas después—
Una vez a la semana, Giselle iba a la casa de Beraelt para recaudar información de forma personal. De todos modos, el rubio solía responder algunas dudas de la jovencita en forma de mensajes.
Y sin quererlo, no había necesitado hacer nada para captar la atención de ella, simplemente ser él mismo.
—Señor Athana ¿Le importaría responder algunas preguntas personales? Con referencia a sus relaciones sentimentales ¿Le incomodaría hacerlo?
—Para nada, pregúntame lo que quieras —le dijo despreocupado, acostado en el sofá.
Eran cerca de las cuatro de la tarde, y el rubio aún seguía en pijama.
—Bien. ¿Tuvo algún impacto en su vida personal, la pérdida de su virginidad?
—No, lo hice con una muchacha de Eritma. Fue cuando tenía dieciocho, no tenía grandes expectativas del sexo, mucho menos siendo mi primera vez, pero lo disfruté.
—¿Qué tan importante considera el sexo en su vida personal?
—¿Usando que parámetro?
—Supongamos del uno al diez, dónde uno es posiblemente nulo, y diez muy necesario.
Observó a la muchachita, quién lucía imperturbable al estar preguntándole aquello. A veces creía que Giselle era la realmente la frívola.
—Supongo que seis. No soy un sexópata, creo que es importante, como médico lo digo también, pero puedo vivir sin él. De hecho, llevo cuatro meses sin tener sexo.
—Entiendo.
—Y tú ¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo?
—Ayer —respondió sin mirarlo, anotando algunos datos en su libreta.
Beraelt la miró divertido.
—¿Y lo hacen en tu casa? ¿En su casa? ¿El niño se paga el motel? ¿O prefieren hacerlo en la selva como dos animales?
—¿Cuándo fue la última vez que tuvo una pareja afectiva? —preguntó ignorando su pregunta.
—Puff, que aburrida eres —rodó los ojos, mirando nuevamente hacia el techo—. Y, mm, no lo sé, dos años creo, no lo recuerdo con exactitud.
—¿Cree qué es importante mantener una relación amorosa?
—No, es aburrido.
—¿Por qué?
—Como todo, se vuelve aburrido. Se vuelve aburrido besar a la misma persona, dormir con la misma persona, tener sexo, salir, verla todos los días. Se vuelve tedioso como un trabajo.
—¿Se cansa rápido de las personas, señor Athana? —le preguntó mirándolo a los ojos.
—Podría decírse que sí.
—¿Cuánto duró su relación más larga?
—Seis meses.
Ella asintió con la cabeza y tomó la libreta.
—¿Y fue feliz?
Levantó la cabeza luego de varios minutos y que él no respondiera, encontrándolo con la mirada pérdida en algún punto del techo.
—Siento que hablo con un psicólogo.
—¿Le es incómodo esto?
—Supongo y no.
—¿Supongo y no? —preguntó confundida.
—Supongo que fui feliz, y no me molesta... Abrirme a ti.
—Gracias por la confianza —sonrió levemente la castaña.
***
—¿Qué haces, Gi? —preguntó curiosa Kerish, entrando a la habitación de su hermana.
—Preparo un libro.
—¿De cuentos? —sonrió la niña, sentándose en la cama de Giselle.
—No, es una biografía de unas de las mentes brillantes de Kanat'ma —sonrió tecleando.
—Ah, que aburrido. ¿Quién leería eso?
—Las personas que les interesa conocer un poco más de él.
—¿Y quién es?
—Su nombre es Beraelt Athana ¿Lo escuchaste alguna vez?
—No, pero si tú harás un libro de él, de seguro es importante —sonrió.
La pequeña de ocho años, admiraba demasiado a su hermana mayor.
...
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No me dejes
Science FictionÚltimo libro de Bestias (por ahora 👀💜) Inicio: 24 de Julio de 2020