XLIII

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"Poder decir adiós,
Es crecer..."

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Un mes después—

"La vida contigo es más ligera, mi hermosa flor de girasol." Escribió él.

"Sí, girasol porque siempre te seguiré a ti, mi sol." Secundó ella, con un corazoncito al final.

Los ojos de la jovencita brillaron con cierta tristeza, sintiendo las lágrimas acumulados en ellos... ¿Cómo se suponía que le dijera aquello ahora?

Miró aquella hoja en sus manos, y luego se secó los ojos, respirando profundo. Su madre había podido sola, ella también podría.

No era el fin de nada, sino el comienzo de muchas cosas en su vida.

Tomó su celular, y carraspeó su garganta, antes de que le contestaran.

—Señor Jerez, pensé en su propuesta.

"—¿Eso quiere decir que la aceptas, Giselle?"

—Sí, será una nueva experiencia —pronunció bajo.

***

—Zhanda, ¿estás seguro?

—Claro que sí, quiero que conozcas a mi familia —sonrió, antes de volver a besarla, y que la rubia le correspondiera, abrazándolo a ella.

Sabía que todo estaba pasando muy rápido. Sólo llevaba dos semanas de novios, y el muchacho estaba tan entusiasmado con Deismy, que ya quería hacerla parte de su vida.

La jovencita jadeó bajo, al sentir que él le separaba los muslos para hundirse profundamente en ella, gruñendo.

—Eres perfecta para mí —pronunció en un tono pesado contra su oído, escuchándola gemir, comenzando a mecerse contra ella.

—Sólo tuya —gimió abrazándolo con fuerza.

***

—¡Mí hermano finalmente nos presentará a su novia! —exclamó con una gran sonrisa Kerish.

—Bueno, tampoco es una sorpresa —sonrió divertido Jeak, mientras ponía los platos sobre la mesa, y su hija lo ayudaba.

Aquella noche Zhanda llevaría a la jovencita a la casa de sus padres, para presentarla.

—Mi amor ¿Cómo era el nombre de esa chica?

—Giselle —pronunció Erit, mientras cortaba el cerdo—. La verdad que me sorprendió que alguien tan jovencita, y ajena a la tribu y costumbres, conociera sobre el lenguaje malapeptita.

—A mí también, pero a pesar de su edad, se nota que quiere a Zhanda. ¿Quién más se preocuparía de otro modo por él? Es bueno saber que Zhanda haya podido dejar los vicios, y que ella lo acompañara, es un claro indicio de que le importa.

—Si no fuera por ella, yo tampoco hubiese sabido por lo que él estaba pasando —suspiró Erit, poniéndole salsa a los trozos de cerdo—. Pero fue tan respetuosa al momento de venir aquí, y hablar con nosotros.

—¡Y es muy bonita! —exclamó con una gran sonrisa Kerish—. Tiene unos ojos hermosos.

Jeak estaba por hablar, cuando escucharon el auto de Zhanda estacionar.

—¿Llegaron antes? —preguntó alarmada Erit—. Yo ni siquiera me he preparado.

Kerish fue hasta la ventana, y corrió sólo un poco la cortina, viendo bajar a su hermano del auto.

—¡Sí! ¡Son ellos!

—Los saludas, y luego subes a prepararte, cariño —sonrió Jeak tomándola de la mano, dirigiéndose ambos hacia la puerta.

Quién la abrió fue su hija, pero la reacción de los tres, fue la misma en ese momento al ver a la mujer junto a Zhanda.

—Mamá, papá, Kerish, quiero presentarles a mi compañera, Deismy.

Kerish miró a la rubia, y luego a su hermano.

—Ila iso me Giselle (ella no es Giselle) —pronunció Kerish en malapeptita.

Zhanda frunció el ceño y Deismy miró confundida a la niña, sin entender que había dicho.

—Bienvenida, es un placer conocerte —sonrió incómoda Erit, por el comentario inoportuno de su hija—. Pasen por favor.

¿

Quién era esa chica?

...

Giselle es menos de la mitad kanatita, ya que el padre de Sebastien era humano. Hay mujeres, como mí mamá, que... Se enteran luego de los cuatro meses 👀

No me dejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora