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—Deismy, debemos hablar de algo importante.

La joven rubia lo miró con temor, esperándose lo peor.

—¿Qué ocurre, amor?

Zhanda golpeó sus muslos, y Deismy se sentó en ellos.

—Antes de que nosotros empezáramos nuestra relación, yo... Me acosté con una mujer.

—Sí, imagino que fueron varias, Zhanda, tú eres tan lindo —sonrió acariciándole el rostro—. Pero no entiendo porqué me dices esto ¿Fue especial para ti?

—No, cariño, no fue especial. Pero, ella quedó embarazada, y tuvo una niña.

—¿Q-Qué? ¿C-Cómo que embarazada? —le dijo con lágrimas en los ojos—. Tienes u-una primogénita.

—Deismy, eso no significa nada para mí, tú eres mi mujer, y nuestros hijos-

—¿Qué hijos, Zhanda? ¡Si ni siquiera puedo quedar embarazada! ¡¿De qué me hablas?! —exclamó llorando, bajándose de sus muslos, tomando distancia de él.

—Pero los tendremos, Deismy. Si te estoy contando de la niña, es porque no quiero tener secretos contigo.

—Yo quería darte tu primer hijo —sollozó.

—La niña no cambia en nada nuestra relación. Y tú querías un bebé, creí... Que quizás te serviría para calmar un poco tus deseos, hasta que llegue nuestro bebé.

Deismy lo miró con tristeza, rabia, apretando los dientes.

—Cariño.

—No esperes que lo acepte tan fácilmente, Zhanda. Ahora no quiero hablar de esto —le dijo marchándose a la habitación.

El rubio suspiró, y se pasó una mano por los ojos. Al menos no lo había tomado tan mal.

***

—Hola estoy aquí porque necesito asesoría.

—Buenos días, mí nombre es Honey Salagar ¿En qué puedo ayudarte? —sonrió suavemente la abogada.

—Giselle París —le dijo dándole la mano—. Tuve a mi hija hace dos meses, el padre de ella y yo no estamos juntos, tampoco fuimos pareja. Sunny, mi bebé, nació producto de un encuentro casual que nosotros tuvimos. Yo sé que actué mal al momento de enterarme de que estaba embarazada, de que debí contarle en su momento que él tendría un hijo, pero... Él había comenzado una relación con una muchacha, y en ese momento creí que lo mejor, era que no lo supiera.

—El papá de la bebé ahora lo sabe ¿Y la reclama?

—Aún no, pero estoy segura que lo hará —le dijo en un tono nervioso—. Él... Está mezclando los sentimientos, y no va a ser racional. Mí único miedo, es que me quite a mi hija.

—Señora Paris, en primer lugar, tranquila —le dijo en un tono calmo, sirviéndole un poco de agua en un vaso—. Nadie, jamás en esta isla, le quitaría su hijo a una madre ¿De acuerdo?

Giselle tomó el agua, asintiendo luego con la cabeza, sintiendo como sus ojos se cubrían de lágrimas.

—E-Está bien.

—Se nota que usted ama a su bebé, y sólo quiere lo mejor para ella, de otro modo no hubiese venido aquí.

—Yo no le prohibiría a él conocer a la niña, o que la visitara, lo único que no quiero, es que me la quite.

—Nadie hará eso, quédate tranquila —sonrió suavemente—. Lo primero en hacer, es hablar con el papá de la niña, para intentar llegar a un acuerdo, que beneficie a ambos, y sobre todo, a la bebé.

—Sí.

—Bien, necesitaría los datos de ambos —sonrió.

...

A ver si saben quién es 👀💜

Pd: Ella es como tres o cuatro años más grande que Zhanda

No me dejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora